miércoles, 3 de octubre de 2007

esqueletos en el closet


es una historia verídica, como todas las que cuento. el muchacho en cuestión estudiaba medicina, pero peor que eso vivía en la residencia universitaria del Opus Dei. (no tiene nada de malo) pero sigo. el caso es que necesitaba estudiar anatomía, y a causa de la guerra interna nosotros no podíamos estudiar en esqueletos "de verdad" porque los cadáveres XX no podían donarse a la universidad, así que contactó a un sepulturero para que le facilitara uno de los esqueletos que normalmente "desalojan" en el cementerio general porque ya no tienen familiares que paguen el derecho del nicho.

no contaba con que muchas veces todavía no están "limpios" así que lo metió en un costal con cal para que se terminara de limpiar. el problema fué el olor, lo tenía metido en el fondo del closet y...APESTABA, para hacercelas corta, el muchacho fué expulsado de la residencia y casi va a parar a la cárcel por traficar con órganos humanos (ya sé que en Guatemala esas leyes no existen, pero así lo amenazaron los curas).

siempre que escucho lo de "esqueletos en el closet" se me ocurre que en realidad es imposible esconder uno en ese lugar, al final la gente se da cuenta, hiede y junta moscas y todos miran lo que pasa... aqui todo se sabe, quien es y quien parece, el que cree que está bien escondido en el closet se engaña a si mismo y no engaña a nadie más.

los esqueletos en el closet están a la vista de todos...y apestan.

así que vivan los amigos que deciden vivir a plena luz, que se reconocen a si mismos y lo proclaman. a los demás ya los conocemos, sólo es cuestión de tiempo para que veamos donde se juntan las moscas.

4 comentarios:

Juan Carlos Lemus dijo...

este me gusta, por anecdótico y remate que abre.

Nandy Sexxxologa dijo...

Pues no hay nada mejor que ser uno mismo.

Nandy Sexxxologa dijo...

Y tú... eres les?

Patricia Cortez dijo...

no, nandy, no soy gay, pero soy solidaria. creo que el "libre albedrío" significa eso, nadie puede meterse en las decisiones de los demás.