lunes, 31 de enero de 2011

Te quiero... (yo me muero como viví)

Hay momentos en los que pienso que eso de ser mal negociante hace que pase mis vacaciones en la casa de mis padres, en lugar de tener una casa de descanso en cualquier lado...
Sigo siendo terca en muchas cosas, intransigente con las injusticias, intentando hacer lo que me retaron hace muchos años.
Atendíamos a un niño con asma, de unos 12 años desnutridos, apenas nos llegaba al hombro. no recuerdo cuantas cosas llevé de mi casa para tenerlo contento en el hospital, todos los y las estudiantes de medicina lo hemos hecho.
Un día llegó la madre y se lo llevó, mis compañeras lloraron todo el día "se va a morir en esa casa de palitos con este clima tan frío", y entonces vino mi sabio padre a decirnos "¿pueden ustedes en realidad cambiar su forma de vida, o solamente lo sacarían por un tiempo de su entorno para luego regresarlo a donde nació?".
No sé donde se quedó guardada esa pregunta, por mucho tiempo tuve la seguridad de que yo podía salvar a la gente "de una en una", y de pronto me encontré con que era imposible, topaba con el sistema rígido que volvia a tener a la gente de rodillas clamando por una mejor salud.
Yo sé que mi compañero me lleva mucha ventaja, para él no es dificil tomar el pan de su boca y pasarlo a la del prójimo, yo tengo mis dificultades al respecto y a veces me siento sobrepasada por su altruismo y dedicación.
Ese poema de Benedetti,  dice  "te quiero porque tu boca, sabe gritar rebeldías" y en algunos momentos en que me critican por mis rebeldías me siento segura, porque no es fácil ser rebelde, pero no serlo es imposible en este país.
No soy ya de manifestaciones y en la calle no puedo decir que soy mucho más que la suma de los que andan tras un sueño, y reconozco que es dificil lograr cambios sociales en un país que humilla a las mujeres y a los indígenas que no somos minoría, ni somos débiles ni necesitamos nada más que un espacio digno para desarrollarnos.
El poema sigue, "te quiero en mi paraíso, es decir que en mi país, la gente viva feliz aunque no tenga permiso"
y claro que nos privatizaron la primavera, ya no vemos mariposas y las aves chocan contra las ventanas transparentes en un cielo robado, igual que encontrarnos en un día en que se conmemora un asesinato en masa para acallar las voces y las conciencias.
No creo tener algún dia el chalet en pana, no pienso legar a mi hijo más que mi forma de vida, pero si me piden que me calle, que me modere, que piense en lo que digo, no me queda más citar a otro grande, Silvio Rodriguez YO ME MUERO COMO VIVÍ.

lunes, 17 de enero de 2011

Entre bolos y putas...

Era como se suponía andaba Jesucristo, entre los seres más despreciables de la humanidad ( o al menos de los más menospreciados).
El tema es que esta semana se presentó el último libro recopilatorio de poesía de Marco Antonio "el bolo" Flores, epíteto que se ganó a pulso a costa de alegres parrandas en sus años de universidad.
Odiado por muchos, proscrito y exiliado, "el bolo" se ha convertido en el referente de la poesía revolucionaria y de la novela cruda salpicada de "malas palabras" y expresiones coloquiales que dejaron mudo al público.
Las novelas de Marco Antonio fueron prohibidas para los niños bien, y el escritor salió a varios exilios perseguido por ambos bandos, como buen disidente.
En 1995, vivía en el centro histórico, recien casada y guardaba entre las gavetas algunos cuadernos con esbozos de poesía y cuentos moralistas y ramplones que no me animaba a enseñar a nadie. Yo narraba desde los 6 años, cuando encontré la manera de calmar a mi miedosa hermana con la que compartía una habitación al final del tétrico corredor que tenían las casas "de antes", en medio del patio una camelia se sacudía y desplegaba sombras aterradoras, luego vendí cuentos y poemas al mejor postor para salir del paso en clases aburridas de "composición" y ya a esa edad, graduada y asustada no me animaba a dejar ver mis escritos a nadie, era epoca de miedo todavía...
Asuzada por mi pareja me encontré en un salón con casi 80 gentes que sacudían sendas hojas con sus escritos, todos se autoconsideraban escritores y aquel hombre canoso, casi calvo y flaco se afanaba por no dar recetas ni opinar sobre contenidos mientras accedía al horror casi caníbal con que nos devorabamos los unos a los otros, frases como "conectivos lógicos" ,"lugares comunes", gramática, ortografía y sintaxis eran sus armas, nunca descalificó y aún así hubo desbandada de los que no lograron la tolerancia requerida para resistir la crítica de los demás, no la del bolo.
Me quedé allí, en el camino de la escritura, no necesariamente siendo notable, pero con la necedad que me generaba el escribir, un poco más tolerante y entendiendo que mis textos duramente paridos serían golpeados de cualquier manera.
El bolo ya no es el mismo, el tiempo pasa, pero somos muchos los que seguimos adelante luego de sus talleres y sus escritos, revalorizados, entran en la historia de la literatura guatemalteca con holgura.
En la contraparte un librito de título altisonante, cuya constante parece ser el mantener el status quo de las mujeres, aquellas que se venden por un plato de comida, una bebida, un acompañante de por vida, una posición social y que asumen que el sexo libre no es sino complacer al otro ya sea desde la compañia, el ser "mujeres para lucir" o entregando el cuerpo en el intercambio económico más antiguo de la humanidad, pero sin salir por si mismas, sin reconocer en ellas más valores que los que tiene el cuerpo, una mujer objeto que se deja cosificar y se vanagloria de ello... pues el librito vende 5,000 copias, casi nada para un best seller en cualquier otro lado, un record para un autor nacional que ve languidecer las 1000 copias en los estantes de las librerías de donde no se moverán hasta convertirse en material reciclable.
Bueno, entre el bolo y la puta, me quedo con el bolo y me lamento de vivir en un país cuasi analfabeto y mojigato en donde las mismas cosas pueden servir para ser exiliado o para ser canonizado (hablo de escribir con malas palabras) aunque el valor literario del primero está mil veces por encima de la segunda.

viernes, 7 de enero de 2011

Coherencias

Los guatemaltecos somos incoherentes, mientras exigimos el castigo sumario para algunos criminales (incluyendo funcionarios de gobierno) a los que no reconocemos derechos, incluso algunos "buenos guatemaltecos" chillan por penas de muerte y lapidaciones y la retirada de todos los trabajadores de derechos humanos... algunos crímenes parece ser minimizados hasta su desaparición. Es suficiente con un chisme para que todos exijan la cabeza del funcionario, un tatuaje lleva a un joven a ser marero, un video prueba la complicidad de la cúpula empresarial o del estado y moviliza a masas hambrientas de justicia... pero para otras víctimas la situación es diferente.
Un ejemplo son las violaciones sexuales, se exige que las mujeres prueben contra toda duda la existencia de un abuso deshonesto (como si fuera agradable que un desconocido de pronto le agarre a uno un pecho, le acaricie una nalga o le plante un beso no deseado) se exige que las pruebas se realicen "en las condiciones más claras e internacionalmente reconocidas", se duda de la veracidad de las palabras de las mujeres que podrían tener "otras intenciones" se piden que se repitan una y otra vez las pruebas de ADN o se califica de que "le plantaron las pruebas".
¿la razón? por favor, es que como van a arruinar la vida de un pobre hombre calenturiento sólo porque abusó de una mujer que seguramente lo estaba seduciendo, que horror, dicen los mismos hombres, no se puede tolerar que una mujer chille por justicia...
No hay coherencia, en los foros de los medios siguen pidiendo cabezas, ofreciendo linchamientos sumarios, pidiendo manos duras contra los ladrones de gallinas y robadores de pan...
¿Quién pide justicia contra los violadores?, solo nosotras, las mujeres a las que se nos acusa de frígidas y lesbianas, odia hombres y castradoras que no comprendemos las emociones primarias de los hombres que no pueden soportar tener una teta cerca sin tener deseos de tocarla.
Yo vivo con un hombre de los que hay pocos y puede entender que la violencia no es el camino para la satisfacción sexual, y me considero afortunada  pero no por eso dejo de estar molesta contra la defensa oficiosa de conductas aberrantes.
Si se está pidiendo presunción de inocencia contra un violador, la misma presunción de inocencia protege a la mujer que dejó la bomba en la camioneta, al marero extorsionador, al ingeniero que escatimó en costos de los puentes y carreteras que sepultaron gente, al banquero que huyó con el dinero, al presidente que vive en Panamá, pero eso no nos gusta, no nos gusta ver protegidos a gente que nosotros estamos seguros es culpable y a la que ya hemos casi linchado en nuestros delirios, así que tengamos coherencia.
No me gusta la defensa del violador de la misma forma que no me gusta que se defienda a capa y espada a la mujer que dejó la bomba en la camioneta, de cualquier forma AMBOS, HAN DESTRUIDO VIDAS. he tenido la mala fortuna de tratar mujeres abusadas que nunca volvieron a sentirse bien ante la presencia de un hombre cualquiera, no hay daño visible, pero el daño invisible es duro. Asumo que es necesario el debido proceso, pero eso corresponde a un juez no me corresponde a mi en ninguno de los dos casos y no me pronuncio por capricho, lo hago basada en el dolor que para algunos puede ser mínimo, yo sé que las huellas en el alma son tan grandes como las que quedan en la piel. Tal vez no hay muertos en este momento, cualquiera que haya tratado a un violador sabe que es cuestión de tiempo, principa con algo "normal" una caricia molesta y termina casi siempre con un asesinato porque el violador siempre quiere más.
También reconozco que no es su culpa unicamente y que la construcción de su masculinidad desorientada es una responsabilidad social que permite ese tipo de conductas y las estimula: llevar a los chavitos "donde las putas", jugar vice city, proponerle que se "haga hombre con la sirvienta", todo eso confunde a los chavos y puede que no sea la primera vez del agresor.
¿y si no lo hizo? al menos cometió un enorme error, yo he estado allí y se que corremos riesgos, pero tambien sé que podemos disminuirlos ¿para que arriesgarse? ¿por qué meterse a un cuartito? si los hospitales CASI NUNCA TAPAN A LA GENTE, ¿Por qué no llevar a una enfermera o a otra persona? si en los hospitales siempre hacemos esperar HORAS  a la gente, no había justificación para esconderse o llevar a alguien a un cuartito y como decía mi abuelita "no hay que hacer cosas buenas que parezcan malas".
Mientras las pruebas no demuestren lo contrario yo creo en la palabra de la niña, como médicos tenemos que confiar en la palabra de los pacientes y luego en las pruebas médicas que hay cientos...
La coherencia es necesaria, si pido derechos, tengo que aceptar obligaciones y si pido "debido proceso y presunción de inocencia" lo mismo vale para el Smiley que para el Doctorcito. como dice la constitución: todos somos iguales ante la ley.

imagen: "unos cuantos piquetitos" de Frida Kalho, pintado acerca de la noticia de un hombre que asesinó a su conviviente con 20 puñaladas y luego declaró que le había dado "unos cuantos piquetitos"