la frase de Galileo me queda hoy como anillo al dedo. literalmente.
los que no me conocen han de preguntarse si soy lesbiana y no, además tengo que confesar que en diciembre cumpliré 13 años de matrimonio.
o sea, que la institución aún funciona.
lo que si soy es solidaria, con todos los que ejercen opciones diferentes, familias diferentes, religiones diferentes... hay tanta variedad, que aburrido que todos fueramos iguales.
nuestras razones para casarnos fueron eminentemente prácticas: nuestras familias son terriblemente conservadoras y nos amenazaron con no volver a hablarnos, resulta que preferimos firmar el contrato social y no pelearnos con todos. (también los renegados tenemos familias que amamos y con las que queremos mantener la paz) el acuerdo ha funcionado, con sus tropiezos normales por doce años.
de las pocas ventajas del código civil guatemalteco la que más valoro es esa posibilidad de seguir siendo yo misma, a pesar del matrimonio. no como esas pobres mujeres norteamericanas que pierden TODA su identidad, su apellido desaparece y se convierten en apéndice del esposo. en latinoamerica es de gran estima decirse "de", aunque suene a propiedad, así que yo no soy de nadie, vivo con alguien y compartimos una vida, pero no le pertenezco. se me hace gracioso cuando a veces encuentro a alguna vieja conocida que pregunta "y de que sos" "porque ¿te casaste? ¿verdad?", los viejos símbolos de la honra femenina.
mi monogamia es satisfactoria, supongo que cuando ya no lo sea dejaré el matrimonio. por el momento no preparo una gran celebración, como dijo galileo mi matrimonio a pesar de todo, se mueve y funciona.
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