
Una de las manidas "diferencias" entre el "tsunami blanco" y las protestas en las que yo participé hace años es que "no hacen pintas, respetan la propiedad privada y no hay conflictos".
Cuando fuí a la primera celebración del "dia de la familia" del colegio de mi hijo, casi me infarto. la escena que representaron tenía a un papá, sentado en un sillón, mientras mamá cocina y cuida niños. un año más tarde, nos llamaron a una reunión y se me quitaron los miedos.
La maestra, bastante afligida, nos contó que habían discutido el tema de las diferencias entre niños y niñas y que, ella inició con lo clásico: las mujeres tienen pelo largo y los hombres corto: "no es cierto, mi tío usa colita" "y mi mamá lo tiene cortito". entonces la maestra se fué por la moda "las mujeres usan aretes "no es cierto, mi papá tiene arete" "mi primo también". un poco afligida dijo: los hombres son fuertes "no maestra, en las olimpiadas hay mujeres que levantan pesas". total, la conclusión fué: la diferencia es que los hombres tienen pene y las mujeres vagina, esto en preparatoria. a partir de allí, fueron los niños los que marcaron el rumbo de la discusión, y en estos años han demostrado que son capaces de convivir y cambiar estereotipos.
El tema de la “economía política del sexo” se refiere al valor de uso y cambio que se nos asigna a las mujeres, la monetización de las funciones de reproducción que ejercemos (cuidado de hijos, administración de la casa, lactancia, limpieza y cocina no pagadas, etc) dejaría al mundo en un estado económico peor del actual, estos servicios no pueden pagarse y la mayoría de familias, no las paga.
Pero más allá, las mujeres siguen siendo vistas como objeto de intercambio, algo que “se puede comprar” y no sólo las prostitutas, también las esposas son sujeto de compra (te doy, me das) en la que el intercambio no es equitativo y por lo tanto, las mujeres no son dueñas de sus cuerpos ni de su tiempo (es horrible cuando una mujer dice “anoche mi marido me usó” de una manera normal)
Aunque la construcción de género ha evolucionado, la mujer-mercancía, sigue teniendo validez. El ritual de bodas, que se había desacreditado en los 70's, cuando se puso de moda la "unión libre" ha vuelto y con fuerza, con TODA LA SIMBOLOGÍA, traje blanco, entrega de la novia, votos, etc, etc.
la visión idealizada de la mujer "bella" acrecentada con la cirugía y el photoshop y la mercantilización de la imagen femenina (cuenten: ¿cuantos hombres y mujeres sexualizados aparecen en anuncios?) ha vuelto a poner a la mujer "a la venta", ahora ya no la venden los padres, se vende sola, invirtiendo en cirugía, moda, cosmética, etc. Hasta en las comedias light de la tele se habla de la “esposa premio” que compran los ejecutivos de mediana edad y las tienen entrenando 3 horas diarias en el gimnasio para mantenerse frescas y lozanas, o las cambian cuando ya se avejentaron y se ven feas. (como si fuera un carro nuevo, pues)
Parece haber un retroceso que tiene algún fundamento en el miedo de que la "familia" se rompa. Cuando yo estudié en la universidad, en los 80's, muchas compañeras llegaban "mmc" o sea, mientras me caso. muchas que se graduaron nunca ejercieron y se dedicaron a ser madres. Regresé a estudiar en los 90's y la cosa parecía haber cambiado, entonces les extrañaba que nosotros estuvieramos casados, (supongo que es la generación de Ixmucané) y habían varias parejas que vivían juntas, tal vez también porque era el área social que siempre es más libre. Cuando volví a dar clases en primer grado de medicina en 2007, volví a encontrar chicas que buscaban pareja, y se esforzaban mucho por retenerlos: les hacían la tarea, les aguantaban las "aventuras", si eran más inteligentes evitaban demostrarlo, trabajaban por ellos, les prestaban el carro, la computadora, el examen, etc. o sea, invertían en su pareja, tenían la idea de que ellas solas no serían exitosas y que debían mantener al noviecito para no quedarse solas y "pobres". hay el mito de que, si se graduan y no se han casado, ya no lo harán y los "planes de boda" incluyen casa, carro y boda de ensueño, la idea de "irse a vivir juntos" no aparecía por ningún lado, aunque muchos tenían vida sexual activa, cultivaban el tema del casamiento 5 estrellas.
Es una paradoja, que, en este momento cuando las luchas históricas de las mujeres dan sus frutos y ya no hay restricciones para el acceso al estudio,muchas mujeres se preguntan si vale la pena estudiar, tienen empleos menos remunerados que los hombres, les hacen pruebas de embarazo para darles trabajo, si se embarazan o tienen hijos pueden perder contra un hombre que siempre va a estar allí, si piden permisos para ir por los hijos se ven mal. (por el contrario, el borrachito de domingo que siempre pide permiso los lunes, mantiene su trabajo, el pobre tiene una esposa que no lo comprende a la que debe mantener)
Los logros femeninos siempre se minimizan, y el feminismo se ve como una corriente intolerante y revanchista, muchas mujeres exitosas le huyen a declararse feministas.
Algunos hombres, que sufrieron a la madre profesional de los 80's, no quieren tener una esposa igual (un amigo me decía que su mamá, con 2 maestrías y un doctorado, era una desconocida para él). y la tasa de casamientos de mujeres profesionales mayores de 25 años, es menor que el de jovencitas.
Esto pasa hasta en la tele gringa (¿amas de casa desesperadas, gray's anatomy?)Mientras la tv y los medios glorifiquen la maternidad como "la realización de la mujer", la gente piense que las feministas somos "come hombres, igualadas", el acceso al empleo sea menor para una mujer (piénsenlo, ¿a quien le dan el trabajo?), los logros de las mujeres se minimicen y la gente critique el "abandono de los hijos", pues habrá mujeres como las pasantes de Becca, esforzándose por "pescar" un buen marido y amarralo con un par de hijos, ¿para qué necesitan trabajar?.
Creo que es el concepto de Equidad y no el de Igualdad el que encaja en este análsis, lo equitativo no significa lo mismo para cada uno, sino que toma en cuenta lo que se le ha negado antes, tampoco negar funciones biológicas que el otro no puede realizar, sino compartir, esto no se da de manera legal, sino comportamental.
Por último, el enfoque sexo-género no es exclusivo para analizar la vida de las mujeres, muchos hombres trabajan ahora las masculinidades, porque aún hay estereotipos que los lastiman a ellos, profesiones consideradas “femeninas” o que crean duda sobre la identidad sexual y las preferencias de ellos, y que conste, este análisis responde a lo que hemos vivido en este país, como una construcción social, lo que se considera “hombre” y “mujer” varía entre culturas y tiempos.
la única constante es que, aparentemente, en la división sexual del trabajo, ha sido la mujer la que ha estado considerada como inferior.
De fieras poblado, de selvas cubierto
Que vieron erguidas cien siglos pasar,
Allá en Nicaragua se extiende un desierto,
Sus historia.... ninguna! su límite el mar.
Montañas sin nombre las nubes asaltan
Del yermo lanzadas dó esconden el pié :
Sus faldas en vano de verde se esmaltan,
De alfombras se cubren que el hombre no vé.
No guarda en su seno ni mieses ni flores ,
No viste sus valles de espléndidas galas,
No danzan en ellos ni cantan amores
Apuestos donceles con lindas zagalas.
Sin templos, sin puentes, sin arcos, sin muros
Ni granjas, ni apriscos, ni huellas humanas
Por esos desiertos callados y oscuros
Ni cúpulas brillan ni suenan campanas.
Ni triscan ganados, ni hogares humean,
Ni riegan jardines arroyos suaves,
Ni cultas campiñas la vista recrean,
Ni trillan la tierra domésticas aves.
Sus vegas infestan salvajes desnudos
Cruzando sus aguas en toscos guacales :
Caimanes feroces, voraces, membrudos
Disputan con ellos sus turbios canales.
Allí la serpiente sus roscas arrastra
Colgada la vista del leve esquirol.
En húmedo surco trazando su rastra
Que nunca secaron los rayos del sol.
Sus alas fornidas el águila tiende
Del monte corona, del viento sultana,
La atmósfera gime que rápida hiende
Apenas descubre su presa lejana.