lunes, 30 de marzo de 2009

Instituciones, no personas.

Lo primero que uno aprende en esta infame profesión, es que TODAS LAS PERSONAS SON IGUALES, y que mis emociones, odios, amores deben quedar en la puerta.
Lo otro que aprendemos es que la muerte no es sino la consecuencia de la vida, los minerales no mueren, de allí, todo ser vivo se acaba día tras día, algunas veces de manera intensa, otras lenta.
Ilustrar con las cientos de víctimas que me tocó ver parece tonto, pero son mis experiencias y si he estado cerca de la muerte tantas veces...
Estaba de turno con mi hermana, ella es muy hábil yo, bastante fuera de práctica, hacía lo que podía. la víctima era un marero, borracho y cruzado, la nariz aplastada y trauma de craneo, al inicio violento, con la fuerza que genera la droga fué dificil ponerle sueros, de pronto convulsionó, un paro cardíaco y yo grité, "bueno, dejemos morir ya a ese marero cerote, ningún bien le hace a la gente".
Mi hermana no contestó y siguió con el masaje, un grupo de enfermeros lo sacó del paro y, casi comatoso, me pusieron a hacer los papeles, para trasladarlo. yo estaba furiosa, el tipo había cometido un asalto a mano armada y lo habían vapuleado, para mi era un desperdicio sacarlo, pagar un viaje en ambulancia para que ocupara el intensivo quien sabe cuantos días. Un enfermero joven se me acercó y me dijo "doctora, la voy a reportar, no tiene derecho a expresarse así de un paciente, no importa quien sea". Por supuesto que me reportaron, me costó entenderlo, pero yo, en ese momento no era yo, representaba a una institución que DE NINGUNA MANERA, puede negar la atención a nadie, ni siquiera a un ladrón.
Hace unos días le escribí un comentario demasiado duro a Jessica Masaya, la verdad, me parece que si bien este espacio es totalmente libre, se es también formador de opiniones.
No me hizo gracia la muerte del niño, tampoco es el procurador -como persona- el santo de mi devoción, sin embargo, acrecentar el rechazo a "los derechos humanos" nos afecta a todos los que trabajamos por los mismos. En este país tan complejo, hablar de una persona, que está en una institución, viene a dañar a toda la institución, mi abuelo era militar y sin embargo yo sé que no todos los militares eran justos ni buenos y tengo que ubicarme.
Yo no estuve bien al tratar mal a un marero, independientemente de que haya matado a quien sea, no tenía derecho, porque al final, es también un ser humano.
si a muchos les chocó la humanidad del hombre gordo llorando por su esposa, a mi me chocó mucho más Otto Perez tratando de llevar agua a su molino.
Cuando uno habla, en este país, de personas, debe hablar de personas y no traspasarlo a las instituciones, el último comentario que escuché acerca de la "actitud del procurador" es algo así como "ahora que lo tocó de cerca se va a poner las pilas", o "ya deberían aprender que el fuego se combate con fuego".
una "conferencia de prensa" no la crea el que convoca, la crean los periodistas que la cubren, si no llega nadie, no hay nada, muchas veces convocamos a periodistas en temas "no importantes" y no llegaron, pagar campos pagados todo el día, sería diferente. Alguna vez, uno de mis jefes se negó a operar a una mujer que había sido amante de su papá, la verdad no tenía derecho, y el procurador, aunque le duela, si le es requerido, tendría que defender el debido proceso y la integridad ante la ley de los que lo atacaron. esa es la definición de derechos humanos, eso es lo que no se debe olvidar.

7 comentarios:

la-filistea dijo...

Tremenda lección.
Bien difícil separar una cosa de la otra.Grueso.

Patricia Cortez dijo...

si filis, la frase exacta no la recuerdo, pero el muchacho me recordó que, por comentarios como el mío, la gente despreciaba el servicio público de salud. a veces necesita uno una sarandeada.

Nancy dijo...

Te admiro mucho y te respeto, porque nos das muchas grandes lecciones como ésta. Una vez,hace tiempo, ingresé a la emergencia del hospital general y vi que trataron mal (es decir, le hablaron duro) a una mujer que había intentado abortar. También, e otra oportunidad, vi que trataron duramente (pero la atendieron) a una joven que ingirió veneno para tratar de suicidarse. Creo que los médicos son humanos y se molestan también contra los que atentan contra la vida de otros o su propia vida. Yo no vi mal aquellos comentarios o aquel trato... simplemente traté de ponerme en sus zapatos...
En fin, tremenda lección doctora, se te agradece.

Unknown dijo...

Wow, qué buen post. Qué difícil realmente cuando las cosas nos llegan por el lado humano. Y no es fácil separar lo que se es como parte de una institución, de lo que se es como ser humano.
El drama de los derechos humanos es justamente ese: que toca defender a los que todos quisieran ver muertos, encarcelados, torturados. En una sociedad como la nuestra, donde la Ley del Talión aún impera, a la gente le cuesta mucho comprender que ejercer violencia de una forma bárbara no sólo no ayuda, sino que nos roba el dejo de humanidad que nos queda.
Un abrazo y de verdad, me encantan tus reflexiones tan sinceras y valientes.

MarianoCantoral dijo...

Que buen manejo temático...!

Patricia Cortez dijo...

Gracias Nancy, creo que es dificil dejar el tacuche en casa, pero no tiene uno derecho de hacer excepciones
Vanessa: Lo peor es eso, que la gente confunde la defensa del debido proceso, con la defensa del criminal.
Mariano: gracias.

Gary dijo...

Aunque estoy de acuerdo conque si tengo a un marero de paciente no puedo negarle el tratamiento necesario, yo sí creo que se exagera al defender los "derechos humanos" de los criminales.
Cómo podrían defenderse los derechos de alguien que castra a su víctima porque ésta no llevaba nada de valor para que le pudieran robar?? Ese es un pequeño ejemplo... Esas personas deberían perderTODOS sus derechos.