lunes, 6 de octubre de 2008

entre Oliverio y Tlatelolco. en el aniversario del Ché

había guerra, mi hijo dice que en un país tan bonito, no pudo haber guerra. no vimos los tanques y el napalm se derramó demasiado lejos, un ex-soldado me contaba como se incendiaban los montes con el napalm y las balas trazadoras, la noche dejaba en pedazos al pueblo. pero la capital dormía tranquila arrullada por el tirano de turno.
no fué uno, fueron varios: poetas, reinas de belleza, estudiantes ejemplares, drogos, beats, hippies, y hasta uno que otro despistado que no estaba en nada, fueron asesinados.
no importó si estaban en silla de ruedas, si tenían apenas 20 años o tenían 80, el asunto es que eran "peligrosos". libros quemados, casas cateadas, libros forrados en papel de estraza, disfraces para el peor de los venenos: el conocimiento.
Oliverio era un "niño bien", educado en un "buen" colegio, criado por una familia de profesionales,no conoció en carne propia ni el hambre ni la miseria y por lo mismo: era sensible a la miseria del resto.
llamenlo como quieran, sensiblería, ignorancia, ridiculez, el asunto es que el muchacho estaba involucrado. igual a los de tlatelolco, a los del paris del 68. jovenes hartos de que los adultos se metan en "guerras para acaban con las guerras" buscando alternativas, vida para un país destrozado por el racismo.
pero doy mi vuelta habitual por los blogs chapines y encuentro treitañeros conmemorando las borracheras, dándoselas de intelectuales de pose, comentaristas derritiendose por los actuales héroes nacionales: Carlos Peña y Faby, en reality shows que muestran la naturaleza humana despreciable, nada de heroísmos hay allí, simples muchachitos huele culos embarrandose hasta el pelo por lograr sus 15 minutos de fama.
y regreso a los blogueros, dichosos de poder decir mierdadas sin que aparezca un policia o judicial a cerrarles la boca, el mismo libro de poesía que alguna vez fué quemado ahora disfrutando su lectura, gritando su propio ahullido sin miedo, seguros que son los artífices de sus propios destinos.
los últimos jóvenes guatemaltecos desaparecieron en el 89. un par de años antes de que me graduara.
no eran "delincuentes subversivos", conversé con una hermana que me mostro la foto de un muchacho de pelo bien cortado, camisa planchada y zapatos formales. sin nada que lo ligara al estereotipo de delincuente, cristiano, sensible... y nunca apareció.
esos borrachos de ocasión ni siquiera se dan cuenta, que ahora pueden escribir sin tapujos, leer lo que les dé la gana, bajarse lo que quieran de la red, incluso describir sus propios vómitos sin consecuencias. no es por su linda cara, es más ustedes no han hecho nada más por la libertad de expresión que utilizarla, como yo la utilizo también.
el fantasma de la represión continúa, los jovenes de barrio son ahora los nuevos delincuentes subersivos, también los desaparecen, también los persiguen por la calle y los matan. son muchachos que buscan un futuro diferente a la mara y terminan igual que en la mara.
¿cuándo aprenderemos a valorarlo? por que cada logro, cada putazo en el teclado, cada narración de borrachera,cada orgasmo contado, cada declaración política, pseudo política o antipolítica, le deben su libertad a un pasado y allí está, Oliverio, su voz todavía se escucha en el pasaje Rubio: mientras haya pueblo: habrá revolución.

5 comentarios:

el Kontra dijo...

"Los que no conocen la historia están condenados a repetirla" y en efecto condenados estamos si nos olvidamos de aquellos que dieron su vida precisamente para que hoy yo pueda decir y escribir mil muladas y mil más.
Pero también doblemente condenados estamos si no nos oponemos a todos aquellos que desde sus tronos y balcones nos quieren desaparecer "por el solo hecho de pensar distinto" como cantó Vicentico.
Saludos.

Patricia Cortez dijo...

ahora, querido Kontra, no es necesario pensar distinto. porque en realidad nadie piensa distinto, es el mismo paquete con disfraz "tolero a los gays, amo a los negros, me gustan los indios", nadie saca lo que hay atrás. no está de moda discentir, o gritar, menos manifestar eso es para resentidos.
por lo mismo es más facil eliminarlos, siempre son los "desechables" y pregunte a los blogueros: ¿a cuantos les duele que maten a un patojo tatuado del mezquital?

el Kontra dijo...

Tu última frase me trae recuerdos de un artículo que escribí en septiembre del 2005 sobre las revueltas en los barrios marginales de Paris durante el verano de ese año. No les llamé desechables sino invisibles precisamnte por que no los queremos ver y el sistema se encarga que asi sea, termine el mismo diciendo que tarde o temprano no solo se harán ver sino también se haran sentir.
Mi blog es muy personal, egoísta e irreverente, pero desemplovaré un poco el disco duro de la shola y escribiré otra versión de ese artículo del cual perdí la copia. Saludos.

Fernando Ramos dijo...

Cuando uno elabora un discurso como el de tu blog se corre el riesgo de ser panfletario, a mí los íconos de la izquierda me gustan tanto como los íconos de la iglesia, pero coincido en que hay mucha amnesia histórica, al menos hay que preservar el respeto por esa realidad que solo nos tocó vivir de lejos, al menos a mi, pues aunque crecí en medio de la paranoia de esos años, mi entorno era distinto.

No fue la guerra la que se llevó a mis muertos, ha sido la violencia urbana.

Este mi poema ya lo conocés, pero lo dejo aquí, porque viene al caso.

RECUENTO

Me pongo de pie
ante las velas que derriten la memoria
y camino
despacio
sobre el lado izquierdo
sin acumular mis pasos
a la multitud

Levanto mi mano
vacía de clavel rojo
no quiero que germinen en mis dedos
sus semillas

Cierro mi boca
la dejo ausente de sonidos
no voy a pronunciar consignas
ni a contar las décadas pasadas

No voy a despegar los labios
ni a mover las manos

Con lo que queda del aliento
de los que cayeron
se apagarán las velas

Tato dijo...

Qué interesante su post, acabo de comentar en el del futbol y sigo leyendo.

Una vez yendo a la U, en la camioneta hablé con un señor, muy educado, muy fino, y resultó ser un ex guerrillero, medico y cirujano, y me habló de Severo Martinez Pelaez, a quien conoció personalmente. Hablando, sin que yo le preguntara eso, me dijo: "la gente se pregunta cómo esa generación se metió a la guerrilla" (la generación de él) y él mismo contestó: "porque simplemente ya no se podía vivir". Por eso he hecho una analogía en cómo estos muchachos de barrios bajos se convierten en sicarios, etc. Cómo un niño de 15 años... Bueno, la respuesta es la misma, ya no pueden vivir.

Comparto su opinión sobre esos recorridos que uno hace por los blogs y encuentra a esos intelectuales de pose, desafortunadamente, creo que yo voy a caer mal acá porque muchos de ellos podrían ser amigos suyos (a juzgar por los links que he ido encontrando en su blog), pero, no es culpa de nadie el estar tan inmerso en un mismo sistema donde por ejemplo, critican a Carlos Peña, pero desde un supuesto elitismo cultural, y muchos son periodistas que escriben libros tan... malos, que jamás podrán tener ni esos 15 minutos de fama que sí tendran estos muchachitos. Por otro lado,Peña y Faby Rodas son niños estudiados, preparados en lo que hacen y no es casualidad que destaquen así, mientras que nuestros "intelectuales" prefieren eso, escribir sobre sus orgias y su consumo de drogas y "abandonar sus carreras por estar en contar del sistema", que yo no digo que esté bien o mal, sino que a quién demonios le va a interesar leer lo poco interesante que lograr escribir así.

Bueno, mejor me callo.

Un saludo y voy a dar otra miradita por sus otros post.

Que esté bien.