martes, 21 de octubre de 2008

yo, médica rural

hace meses había comentado algo sobre mi experiencia como médica rural, realmente, no tengo como contar grandes estudios en el extranjero. pero conozco a mi país en esas realidades pequeñas, de maneras que otros investigadores que hacen "trabajo de campo" por teléfono, no lo hacen. de aqui en adelante les narraré la vida de una médica rural mal pagada.
en 1997 me convencieron de irme al pequeño pueblo de Santa María Cahabón, como médico de "6 hrs" en un centro de salud. mi salario (no se rían por favor) 3500.00, lo que cubría mi jornada de lunes a viernes de 8 a 14 hrs.
no era mi primera experiencia como médico rural, así que no me asustaba. me dijeron que era un centro con "encamamiento, atención de partos y consulta externa". no me tomé la molestia de ir antes a ver el pueblo, había estado allí en el pasado un par de días y supuse que, si el centro de salud estaba remodelado, podía dormir allí. mi hermana y mis padres me consiguieron algunos nombres de contacto y tomé posesión un lunes 10 de diciembre, todo lo feliz que se puede sentir alguien que tiene trabajo y cree que va a ser útil. no teníamos hijos y pensamos que no habría problema al estar separados.
el chofer de la ambulancia me pasó trayendo, una maleta pequeña de ropa y nada más, mis herramientas de trabajo, nada de libros ni nada más, pensaba regresar el fin de semana por todo eso.
en el camino, el chofer (que además era el administrador del centro) me dijo que no era posible que durmiera en el centro. había una sola habitación que estaba ocupada y no había más espacio. llegamos cerca de las 10 de la noche, demasiado tarde en un pueblo pequeño, pero una amiga de mi hermana accedió a recibirme por un tiempo mientras me acomodaba. la cama de una de sus hijas pequeñas fué mi alojamiento por casi 3 meses y su amistad y apoyo definitivos para acoplarme al pueblo.
al día siguiente el balde de agua fría: "estás contratada por 6 horas, pero tienes la obligación moral de atender las emergencias, no tienes que hacer turnos pero si te llaman en la noche hay que ir, la gente puede tomar represalias si no vas, además, estamos a plan 22 por 8, para cubrir fines de semana y yo (el otro compañero) me voy mañana, así que te quedas hasta que regrese el 20 de diciembre. es tu decisión si cobras aparte a la gente el fin de semana o por la noche, pero no está autorizado oficialmente, si hay que salir en la ambulancia, no puedes quedarte a dormir en cobán, regresas el mismo día, cuando yo no estoy tu eres la directora".
aquello era parte de lo que le decían a uno para ver si cambiaba de opinión y dejaba el chance. los dos estabamos fregados, él tenia esposa y dos hijos viviendo en la capital, no querían emigrar porque las condiciones generales de vida no eran buenas. en dos años no había encontrado una casa para alquilar.
yo tenía suerte. la casa de mi amiga era bellísima, con baños azulejeados, pisos brillantes y televisión con satélite. ella tenía una panadería y venta de pollo, era una casa cómoda. creo que lloré el segundo día tratando de asimilar la situación. no estaba arrepentida pero era demasiado trabajo, y además, no podría salir de allí hasta dentro de 20 días, el centro estaba en condiciones deplorables, la mesa de partos oxidada y dañada, los dormitorios del encamamiento llenos de cucarachas, los cuartos de examenes eran sellados sin ventilación con ese calor que aún en invierno era terrible. unos días después de que yo llegara una fumigación de los de vectores (dengue y malaria) sacó como 20 libras de cucarachas muertas que salían de las paredes de páneles de madera prefabricados, casi no hablaba qeqchi y no entendía nada y las traductoras no colaboraban mucho. la gente no tenía más que enfermedades de la pobreza. siempre he sido frugal y con lo único que estaba de acuerdo era con el salario, me parecía "decente" como residente de ginecoobstetricia me habían pagado 2800.00, así que no lo veía mal y creía que era suficiente, la mayor parte del personal era bilingue y abnegado. enfermeras y enfermeros con una gran experiencia que podían atender partos y hacer suturas como cualquier médico, buenos para el diagnóstico y con mucha mística. gente del pueblo que trabajaba porque le gustaba, pero aún en ellos, se veía el racismo y la segregacion.

3 comentarios:

Juan Carlos Lemus juancarloslemus3000@gmail.com dijo...

ya veo, Guatemalidades, que como médica a vos te ha llevado puta.
pero más duro es lo que describís, pobre mara, uno no se imagina los niveles de pobreza que hay en otros lados. cuando la mapachada dice pobreza, se imagina que es porque solo comen frijoles, pero, no, la pobreza y el descuido son catres oxidados y 20 libras de cucarachas.
tu texto me hace sentir ahorita agradecido.
y 2,800 era buen salario.
Salivae

el Kontra dijo...

De acuerdo con Juan Carlos, podría decir lo que se puede sentir empezar un nuevo trabajo fuera de tu casa y con bastante exigencia, pero nunca bajo las condiciones que decribis. ¡Mis respetos!

Patricia Cortez dijo...

gracias a ambos, no es que me las quiera llevar de cabrona, pero creo que esto es algo que explica mi pasión por el tema y lo que intento hacer al respecto.