Obama, y los nuevos hombres nuevos.

No puedo decir que no es guapo, pero no es eso lo que lo hace diferente.
Obama tiene el patrón del "nuevo hombre", un hombre diferente, como mis amigos y mi pareja. verlo en la toma de posesión me hace pensar en que no es únicamente su color, hay más.

Por ejemplo: Bush a duras penas puede reconocer entre una polka y una sinfonía, Obama, con su piel cuidada y sus trajes a medida, voltea y entrecierra los ojos cuando suena la orquesta. el otro sonríe nervioso, parece que esperara la cerveza. No puedo imaginar una cerveza en las manos de Obama, una copa de vino, un martini a lo 007.
Además se permite sentir, puede verse en televisión internacional su sonrisa a las niñas, su mano apoyada en la de su esposa, la mirada cómplice de una pareja que se comunica con los ojos. Michelle no tiene la mirada baja de Laura Bush, esa mirada entre miedo y resignación de las amas de casa que no pueden decidir, que deben pedir permiso con la mirada para evidenciar que les gustó algo, apéndices del marido no tienen opiniones propias.
Obama sonrie mientras se equivoca al repetir las lineas del juramento, sonríe con confianza, aprendió que no está mal equivocarse, no es el macho de antes que aparenta ser inmune a las equivocaciones.
Puedo pensar que Obama cambió pañales y que extrañará jugar con la niña pequeña con la que se nota tiene una complicidad especial, me chocan los otros viejos senadores.
además está diciendo todo en lo que yo creo: no importa si el gobierno es pequeño o grande, importa que funcione, que trabaje para la gente, que sirva para algo.
no sé si mis ideas acerca de la naturaleza guerrera de los USA cambien, pero hay algo en él y en su discurso que me gusta, no todo, porque no hay tal cosa como el liderazgo mundial.
Todo eso de la multiculturalidad, de la necesidad de reconocer las múltiples raíces en un país diverso, de hablar de los 4 credos principales del mundo y además de los no creyentes...me gusta el cambio.
Las cosas han cambiado, espero. este moreno guapo al menos, para mi, representa una imagen diferente de un hombre, que poco a poco deja de ser un macho, para convertirse en un compañero.