sábado, 24 de enero de 2009

la vida de las cosas (para descansar)

respondo al reto lanzado por Mercedes, me encantó.
Si les dijera mi edad se asustarían, estoy aquí, todavía entera y brillante. En otra época me acompañaban cuatro señoras marrones, ahora, gracias a ella tengo cuatro compañeras rojas y un tanto presumidas, aunque se les ve lo barato bajo el traje brillante que ella con mucha habilidad les confeccionó.
Una de las cosas que me encanta es mi vestido. En mi época se consideraba moderna y de moda, las flores son apenas una sucesión de círculos de los cuales se ha cortado bocaditos y esbozos de margaritas marron sobre un prado blanco lechoso. Nada se me pega, lo que refleja la calidad del material, de ese ya no se fabrica más.
Lo que he oído en estos años y lo que he sostenido es incontable: en esa casa llena de mujeres aprendí a coser un vestido, a hacer galletas y panes toda la noche y a sostener aparatos y libros, tanto como planos de construcción y miles de cosas más. He asistido a cenas de familia, de amigos de pareja, una que otra pelea y hasta… bueno me da vergüenza pero sus pechos se frotaron contra mi superficie mientras gemía de felicidad.
Ahora hay un niño en casa que a veces araña mi superficie con sus crayones de colores. Ella me limpia con cariño y ha puesto en su lugar clavos y pintura, vuelvo a estar de moda, nada mal para una mesa vieja.

7 comentarios:

XoseAntón dijo...

Y alguna que otra cabezada, que por ser discreta la mesa no comenta; de lo que ocurre debajo de sí, de eso ya ni habla. Porque si hablara...

Que vida la de las mesas, cuantos secretos guardan.

Un saludo

Nancy dijo...

Digno de tu pluma, doctora. Me gusta mucho tu estilo. Por cierto, acabo de leer Mal de ojo, un abrazo y espero la fecha de la presentación.

Paco dijo...

Cuantas cosas se pueden hacer sobre una mesa. La verdad es que es uno de los mejores inventos que ha creado la humanidad.

Yo le tengo un especial cariño a la mesa sobre la que tengo ahora mi herramienta de trabajo (el portátil). Perfecta para su cometido como la de tu precioso relato.

Un abrazo

Mon dijo...

Una mesa muy observadora... paseando por el camino de Mercedes, me he encontrado aqui, noche de sabado, leyendo y leyendo...

Hasta la proxima lectura!

Mon

Anónimo dijo...

me gusta mucho tu estilo

PROSÓDICA dijo...

Cuando dejas lo formal y serio a un lado es cuando, en mi humilde opinión, te lucis, verdaderamente te lucis... me tendré que leer tu libro Patricia, presiento que dejará mucho.

me agarraste en la lectura, imaginé una y mil cosas y no daba jajaja.

abrazos y gracias por andar al pendiente, pese a mis ausencias.

Abril dijo...

Wow!! jamas pude imaginarme que era eso, ya sentia que me iba a quedar con la duda.