jueves, 26 de noviembre de 2009

Mayas, mis ancestros.

No uso el traje, alguna vez les conté que eso de ser discriminada es dificil de asumir y menos de vivir, no lo uso porque detesto que me saquen de lugares, que me miren de arriba a abajo, que me pidan dos identificaciones para cobrarme la tarjeta de crédito, que me digan vos, que me mijiteen (mija, correte) como si no tuviera un padre y una madre que me digan hija, que hasta los adolescentes me digan vos y mija, que me digan maría, que duden de mis capacidades, me basta con ser mujer para vivir algunas de esas cosas y, lamentablemente mi padre se cansó de escuchar el son al entrar a clases y obligó a mi abuela a dejar el traje, así que yo, nunca me acostumbré a usarlo, y mi intento de hacerlo, paró en frustración y llanto.
Los Mayas están de moda, en todos los canales "educativos" se habla de su escritura, de sus materiales, de su ciencia, todo por una razón: la profecía de 2012.
Como bien dice alguien, es sólo el final de la cuenta, de una era, de una cuenta larga, no significa que se acabará todo, sino que hay cambios.
Escribo esto porque me duele que se considere que los mayas vivían ebrios de sangre, la sangre, también está presente en el cristianismo, quizá de manera simbólica, pero hay derramamiento de sangre en cada misa, el vino se convierte en sangre, una sangre antigua. Hay sangre en el antiguo testamento, sangre de miles de corderos degollados, también para saciar a un dios que exigía sacrificios, hay sangre en los rituales a la diosa Kali, una diosa Hindú, hay sangre en el camino de santiago de compostela, dejada por los peregrinos que se azotan, hay sangre en la entrada de Guadalupe, de rodillas penitentes, hay sangre en Esquipulas, hay sangre en semana santa, en esculturas tan sangrientas, en penitentes que sangran por el cilicio...
Bush también derramó sangre, en aras del dios dinero, ese que si no se sacia con nada, que exige sacrificios diarios, hay sangre en los adolescentes que se tatuan y se perforan, el dolor parece crear estados elevados de conciencia y se usa en innumerables rituales antiguos y actuales.
Mis ancestros practicaron el sacrificio humano, igual lo hicieron los gobiernos latinoamericanos que ofrendaron su parte al combate del comunismo, las guerrillas urbanas y de la selva, parece ser que vivimos fascinados con la sangre.
Nunca sabremos si la civilización maya hubiera dado más ciencia, muchos de sus conocimientos se han usado actualmente, las hojillas de obsidiana se usaron en cirugía, las plantas dieron lugar a medicamentos, la agricultura alimenta al mundo (maiz, tomate, aguacate,).
Me niego a creer que eran salvajes sangrientos, tan salvajes y tan sangrientos eran en el medioevo, tan sangriento fué Bush y el clan norteamericano que tiñó de rojo el asia y américa.
Lo que si es cierto, es que seguimos siendo referente, a 500 años, alguien se asusta de sus profecías, alguien intenta desentrañar sus misterios...

3 comentarios:

Nancy dijo...

Mi querida doctora, entiendo tu frustración. Siempre (bueeee, desde que tengo conciencia de ello) he tratado de ponerme en los zapatos de los hombres y las mujeres que han tenido que dejar sus trajes, su idioma, para poder tener acceso a la educación y a una vida más digna. He conocido a personas que no pudieron volver a usar sus trajes y he conocido a otras (vestidas de ladinas) que han sacado ventaja al desempolvar y volver a usar indumentaria indígena. Nunca he podido ponerme en sus zapatos... por más que traté. Debe ser algo muy difícil y hasta traumático.
Y bueno, en cuanto a la ciencia, yo creo que Tito Monterroso en su "Eclipse" reivindicó en parte la vocación científica de los mayas.
Buen tema, o buenos temas, estos que tocas en tu entrada. Suficientes para dejarnos meditando un buen rato.
Apapachos

Miss Trudy dijo...

Hasta hace pocos años, hubiera creído que exageraba. Llevo décadas de no vivir en el país y cuando regresé, me vine a encontrar con mujeres vestidas de traje indígena que tenían licenciaturas y doctorados, que manejan organizaciones, que se sientan en el congreso, en fin, nada que me dijera que existe tanta discriminación aún hacia la mujer vistiendo el traje.

Sin embargo, hace poco estuve sentada en una mesa en un evento social y alguien comentó que cierta persona que todos conocemos usa el traje étnico entre semana, para ir a trabajar, y en los fines de semana sale de compras al super, etc., en pantalón de lona y tenis. Yo comenté que conozco a una estudiante de derecho que igual, va a la U de traje, pero los fines de semana anda en pantalón de lona y tenis. Pues habiendo dicho estos comentarios, una señora dijo con tono sentencioso "o sea que solo los fines de semana 'se visten como la gente'!"

Yo me quedé de una pieza y varios en la mesa se rieron incrédulos de lo que había dicho esta mujer. Yo le dije que toda la gente, póngase lo que se ponga, "es gente" y que lo que acababa de decir era bastante ofensivo, pero se hizo la sorda.

Así que le creo, doctora, que aún hoy día, con mujeres vestidas de traje maya que se han ganado el premio nóbel, se sientan en el congreso--por no decir que a todo nivel con su trabajo sacan adelante a este país, y se sigue faltando el respeto a la mujer que viste el traje que la identifica como maya.

Para más, se "exotiza" el traje y sirve para que coleccionistas adquieran prendas que les parecen bonitas para colgar en su pared, quizás, pero no respetan a las personas que visten dichas prendas "de colección".

Patricia Cortez dijo...

Nancy: gracias, y ese cuento de Tito es genial
Miss Trudy: y si uno se queja, de que le digan que no se viste "como la gente" le dicen resentida, igualada y abusiva.