miércoles, 5 de mayo de 2010

Maternidad por decisión

Siempre he defendido la maternidad por decisión, afortunadamente, mis padres jamás me hicieron sentir que necesitaban nietos, al contrario, mi madre (que fué una madre añosa, tuvo su primera hija a los 30 años) siempre nos dijo que teníamos tiempo, lo decía por experiencia propia. En su época el primer embarazo se daba a los 20 y a los 26 ya estabas vieja para ser madre, llegar a los 30 era la casi quedada.
Tenía claro a lo que me metía, para el día que decidí comenzar a buscar un embarazo, yo ya había atendido aproximadamente unos 500 partos y realizado unas 20 cesáreas, sabía de complicaciones, de problemas, de enfermedades, sabía de llantos interminables de bebés en las madrugadas, tenía dos sobrinos y había recibido las llamadas de mi hermana en la madrugada "el popo está verde", "no para de llorar", "¿que hago?".
Me había reido de las madres y sus quejas, de las nauseas y antojos, de la impotencia que veía en una madre que no lograba controlar a un niño que quiere caminar por el pasillo de la iglesia...
Siempre pareció que ese momento no iba a llegar nunca, en el camino muchas compañeras de promoción tuvieron bebés, yo pensaba que tal vez, algún día, me decidiría.
La maternidad ha sido la decisión más extraña que he tomado, irme a vivir con alguien, casarme, estudiar, dejar de estudiar, abandonar un trabajo, cambiar de profesión... no han sido decisiones difíciles ni controvertidas. Ser madre... me ha hecho cambiar muchas veces de forma de pensar.
El proceso de mi embarazo, desde la decisión ha sido un camino de espinas: mes tras mes, viendo como caían los sueños, embarazo complicado y el dolor de que tal vez no duraría, los miedos, dejar el trabajo para cuidar al bebé (decisión más que tonta, pero al final, funciona) y podríamos seguir, todo era (sigue siendo) una aventura, un camino desconocido, una apuesta por la vida.
Estoy convencida que, si no hubiera sido tan deseado y tan buscado, todo hubiera sido más difícil, hay momentos en que les doy la razón a las que deciden no reproducirse y también a las quejas de otras, hay otros momentos en que siento que todo vale la pena.
Ayer mi hijo me confesó que no quiere tener descendencia, le ha sido difícil a él también ser hijo único, escucha mis quejas y mis problemas...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Son cosas que muchas personas no entienden. Yo tengo 30 años y no pasa semana que no oiga que ya me quede jajaja

Mi respuesta, ya habrá tiempo. Amo a mis sobrinos pero todavía no se si podría hacerlo 24 horas el resto de mi vida.

Unknown dijo...

Se acerca el día de las madres, felicidades! Bueno lo de que su hijo no quiera tener hijos, pues puede ser muy cambiante, yo hace 2 años pensaba que eso de tener hijos no era precisamente para mí, aparte de desperdicio de tiempo lo calificaba de roba vidas, pero las ideas van evolucionando y ya no me parece algo que no pueda hacer. Nuevamente, muchas felicidades!
Abrazo

Patricia Cortez dijo...

Anonima: supongo que, la forma en que nos educaron influye en que creamos que fuimos hechas únicamente para la maternidad, la posibilidad de ser madre es únicamente un plus en la vida de la mujer, pero no es la única finalidad.
guichita: lo único que yo sé es que debe ser una decisión consciente, el mejor momento? no existe, pero debe ser algo de lo que no te vas a arrepentir después.