jueves, 13 de noviembre de 2008

hacerlo bien

el perfeccionismo se aprende. así como se aprende el chapuz. en Guatemala todo lo hacemos "chapuceado", hace unos días en El periodico se hacía referencia a que lo que más se gasta en los hospitales guatemaltecos es el esparadrapo. "es para todo" le decimos.
cuando uno trabaja con precariedad, aprende a "chapucear" que es la forma en que los guatemaltecos llamamos a eso de "medio hacer" o "reparar" pero con más ingenio que técnica.
pero aún el "chapucero" debe ser bueno.
mi abuelo decía que cualquier cosa se puede reparar con un palo de escoba. el usaba esos palos duros y redondos para rehacer tapones tipo corchos, hacer cuñas, reparar motores incluso en sustitución de pedazos de metal más escasos y dificiles de tallar.
la precariedad ha logrado que carros casi reliquias caminen en Cuba, ha conseguido que aparatos de rayos X de la segunda guerra mundial sigan trabajando, el ingenio y el chapuz logra obras maestras con materiales que en otros países serían de "desecho".
en mi anterior post hablaba de la crítica, y tuve que reconocer que a los de mi profesión no se les perdonan los errores. entiendo que hablamos de vidas humanas, pero en algunos casos los errores son pequeños y aún así no son tolerables.
yo aprendí a chapucear. y otra cosa, a buscar ayuda. como lo puse en los comentarios, no puedo decirle a una mujer "disculpe, su hijo se murió, pero que puedo hacer con estos materiales?", aparte que me iría presa.
me ha tocado cortar un útero con una tijera sin filo, coser con hilos que se revientan o que son demasiado gruesos y dejarán una cicatriz, operar en salas que están demasiado calientes y sin aire acondicionado, utilizar lámparas pegadas con esparadrapo y que chisporrotean. supongo que muchos guatemaltecos trabajan todos los días intentando lidiar con la precariedad y lo hacen bien.
por cierto, yo no dije jamás que no me había gustado la película gasolina, sólo dije que hay que aceptar la crítica y usarla para mejorar.

6 comentarios:

Nancy dijo...

Cuánta verdad en lo que dices. Es un país chapucero pero no todos lo hacen bien. No es que me guste adularte (ni a ti ni a nadie) pero admiro tu entrega a tu profesión. Ojalá chapuceáramos todos de la forma como tú y tu abuelo lo han tenido que hacer a falta de recursos. Dan ganas de publicar tu post para que lo lean los alcaldes, los ministros, los maestros. Si no tenemos los recursos no es razón para no hacer las cosas de la mejor manera. Mi mamá es capaz de hacer bellos adornos con la tela de ropita vieja. Hace cada manualidad con cosas que todos tiraríamos a la basura. Para darte un ejemplo: ha hecho joyeros forrando cajitas de cartón con la rueda como de lata que le quitas a la leche en polvo. La repuja y hace bellos diseños. Bueno, así, con ese amor y dedicación podríamos hacer chapuces más dignos.

el Kontra dijo...

Lo intersante es ver que ante la precariedad y el chapuseo hay gente pilas que va sacando adelante la cosa.
Muchas veces me parece que se hacen milagros con lo que se tiene.
Saludos

la-filistea dijo...

Somos todos unos McGiver en Guatemala. Me gustó el ejemplo de la mamá de Nancy, por eso cuando se trata de proyectos donde no se antoponen vidas (como en el caso suyo Patricia) hay que dejar el tiempo que sea posible en el horno el proyecto.

Saludos.

Patricia Cortez dijo...

Nancy: chapucear siempre es chapucear, la idea es pedir más recursos y crear esa conciencia de calidad de trabajo.
Kontra: hay chapuceros y chapuceros, hay gente que es verdaderamente artísitica en ese tema y hace trabajos perfectos con materiales de desecho. capacidad de adaptación que le dicen
Filistea: la habilidad del chapucero con recursos y técnica es inmejorable. la madre de la invención es la necesidad.

Alfonso Huerta dijo...

Yo tengo una pequeña cicatriz en mi pulgar por andar improvisando una bolsa colectora de orina, alguien dijo que las cicatrices nos ayudaban a recordar que nuestro pasado es real. Espero que nadie olvida las precariedades de nuestro sistema de salud.

Patricia Cortez dijo...

bienvenido al reino de los chapuces.
pero aprenda bien Alfonso. y cuidado con las cortadas