miércoles, 10 de marzo de 2010

Pederastas en la Iglesia

El mayor daño que alguien que posee la confianza de un niño, puede hacerle, es romper su inocencia y utilizarlo para su propio placer.
La Iglesia Católica, en un desesperado intento por abstraerse del tema de la pederastía, intenta enfocarlo ahora a que este es un fenómeno que existe en toda la sociedad.
No se toma en cuenta el agravante que constituye el hecho de ser "guías espirituales", cuya investidura clerical permite que la familia de la víctima no dude, sino que, mas bien, confíe y niegue las quejas del menor, cuyas declaraciones son tomadas como "exageraciones sin importancia".
Si bien es cierto que, los "tios raros" que abusan de niñas y niños son usuales en todas las familias, también es cierto que cuando uno ha confiado sus hijos a un adulto, sea este profesor, niñera/o, dirigente deportivo, entrenador o cualquier otro tipo de "autoridad" en relación con un niño y ve transgredida esa confianza, la ira es mayor.
En el caso de los sacerdotes, su proximidad con los niños no es únicamente tolerada, sino que la misma biblia pide que los niños acudan al templo y sean tutoreados en la fe, ¿acaso no es sumamente aberrante que aquel que se supone va a enseñar religión a un niño, termine ultrajándolo?
no lo negamos, hay pedofilos en todos lados, la mayoría de nosotras no dejamos ir a los niños solos al baño de un restaurante, cerramos las puertas, pero suponemos que están seguros en la escuela y los que son religiosos, asumen que sus hijos están seguros con el padrecito, tan bueno que es, y tan dulce y cariñoso con los niños.
No es que la iglesia sea la única responsable, pero no podemos seguir dejando que los lobos estén a cargo del rebaño, y aunque no soy religiosa, considero intolerable que un religioso abuse de la confianza. ¿pueden culparnos a los anti-religiosos con semejantes "pastores"?

2 comentarios:

La Guera Rodríguez dijo...

Este tema me pone de malas. Soy muy tolerante hacia muchas cosas, lo que nunca podré tolerar es este tipo de abusos.
Me declaro anti-religiosa.

Patricia Cortez dijo...

a mi tampoco me gusta, por eso lo escribo