martes, 23 de febrero de 2010

Calidad educativa II

Mi cuñado es maestro, le gusta enseñar, una de mis tías también lo era. en ambos se puede oler la profesión como verdaderamente profesada, recuerdo que mi tía invertía mucho dinero en decorar el aula para que los niños de primaria se sintieran bien, a quien le importa en verdad un par de carteles, un juego de dibujos... mi cuñado pasó casi 10 meses sin salario, no hizo huelga ni faltó. Cuando viví en Cahabón me ofrecieron, en mi "tiempo libre" dar clases a un grupo de estudiantes de magisterio. me pagaban 150 quetzales al mes por más o menos 3 periódos semanales, era justo, supongo. En un arranque de docencia, los llevé al centro de salud a ver cortes de cebolla y frotes de sangre en el microscopio que yacía abandonado ( no teníamos laboratorista), se entusiasmaron tanto que el flamante "director" del colegio llegó a preguntarme cuanto podía valer un aparato de esos, quería "montar un laboratorio moderno", me causó risa que pensara que un pequeño salto cualitativo iba a ayudar a aquellos jovencitos que no tenían más ambición que graduarse de maestros y trabajar en una aldea, cerca de su casa.
Años más tarde encontré a una alumna, en la universidad, estaba intentando pasar el examen por 4a vez, quería ser médica, supongo que la hice soñar con microscopios y batas blancas, aunque sabían que mi realidad era la misma que la de ellas, sólo que yo salía de aquel marasmo de vez en cuando.
Miss Trudy escribió en el comentario que, hace algunos años, en los lejanos 50's y 60's, la educación era un nivelador social, a través de ella, mi padre, hijo de una vendedora de chocolate en el mercado, pasó a tener su segunda luna de miel en Europa y viajar cada dos años a los USA en vías de paseo. eso cada vez está más lejano.
En este caso no fueron los gobiernos militares los que más daño causaron, hace 20 años, vivimos en una "primavera democrática" que se tragó el cuento del Banco Mundial y decidió (como hizo casi toda latinoamérica) que dar educación y salud era dar privilegios y que la gente debía pagar por ello. (vean las columnas de Ayau, asesor de algun gobierno)
El que lo dude que haga cuentas, ¿en que año se construyeron los últimos institutos experimentales? creo que en el 85-87, a partir de allí se satanizó al magisterio, no se le dieron opciones, se vendieron escuelas e institutos, se convirtió en un ministerio de lujo una escuela normal, se iniciaron los contratos "0-29", sin IGSS, sin prestaciones, lo que se vendió como la panacea y concluyó en maestros que laboraban a disgusto. nada de "Colonias del Maestro", ni proyectos habitacionales, nada de mejorar las condiciones laborales, el sueldo de los maestros más rurales subió a costillas de la inseguridad laboral, se compró leche para las escuelas, para beneficio de los lecheros, no de los niños, a donde la leche llegaba podrida, se satanizó la incaparina, se cerraron las cocinas escolares y se despidieron a las cocineras, se obligó a los padres a cocinar la refacción y se recuperaron costos de muchas cosas, "la gente tiene que pagar" y pagó, por pintura, reparaciones, luz electrica, maestros de inglés, computadoras, todo lo que "el sistema" se negó a comprar. La fallida "ley de concesiones", que todavía me espanta, planteaba que se podía "concesionar" todos los edificios educativos para que alguien con visión empresarial los convirtiera en productores de gente no pensante.
¿profesionalizar a los maestros? noo, porque eso subiría los costos, ya lo han dicho "los que sacan una licenciatura quieren ganar más, peor los que tienen maestrías", no hay dinero para esos salarios y los chavitos de 17 a 25 años, trabajan por lo que sea, no tienen más opción.
La guerra había dejado las universidades vacías de cerebros, la mayoría fueron muertos, desaparecidos o bien huyeron a otros países más "desarrollados", la mediocridad se implantó como una norma, ¿para que esforzarse? ¿quien lo va a valorar?, ya no son los seres importantes del pueblo, son los maestros, esa bola de inconformes que quiere ganar bien por dar clases, que llega martes y se va jueves, que hace de todo por no trabajar.
Y el mismo director de la escuela, (igual que en Cahabón) puso su "colegio privado" y la gente se tragó el cuento "es pagado, es mejor", hasta que la crisis y el actual gobierno, en un sueño utópico intentan la gratuidad saturando las escuelas sin mejorar las condiciones de la gente, alumnos y maestros.
Tiene razón, Miss Trudy, algo que se deja en el olvido por 20 años, no se puede mejorar en dos, pagamos los elotes que otros se comieron, o más bien, nuestros hijos lo hacen.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

tus posts me asustan, son una guacalada de realidad para mí.

¿a donde vamos a llegar? hace años oi a una profesora famosa en san carlos decir en contra de las manifestaciones de maestros... que hay violación al derecho humano mas alto... el de un niño a ser educado.

Mi papa saco bachillerato por madurez casado con mi mama, repartio periodicos para poder tener carrera universitaria y pues eso permitio que ni se dudara si yo estudiara en la universidad.

Me asusta, podríamos involucrarnos e ir a enseñar de manera informal?
no estamos obligados las personas beneficiadas con esta educación?
me dejaste ahuevada... no es justo.

Como decía Miss Trudy en un país desarrollado un carpintero puede agenciarse un buen medio de vida, pero aca? uff

Patricia Cortez dijo...

Becca:
Usted ya sabe que yo soy legalista, pero dar clases en algún colegio o instituto no está mal, siempre que lo haga bien.
aquí los obreros no tienen futuro, porque existen indígenas que hacen esos trabajos casi de gratis (y dicen que no hay esclavitud) gracias por leerme.

Alexxx dijo...

muy buen post, saludos

Anónimo dijo...

Las escuelas comunes tienen profesores no maestros. La maestría te la dan los años de experiencia en el mundo real. Es una lástima que la gente experta en sus ramos no sea aprovechada por el sistema educativo para que transmitan sus conocimientos, educación: Transmisión de cultura desde el ADULTO hacia el JOVEN. Jovencitos "maestros" que no hacen más que leerles los libros a los niños y apuntarlos en el pizarrón tienen a la educación perdida. Estaban mejor las épocas del renacimiento en los talleres artesanales donde si habían maestros y aprendices.