martes, 19 de enero de 2010

la evolución de la bolsa de Paiz

Me mandaron un correo, de esas cadenas que uno recibe varias veces, esta es de la escasa duración de las cosas actuales, que están hechas para tirarse.
hace un tiempo hice un ensayo cortísimo sobre la bolsa de Paiz (el supermercado más antiguo de Guatemala, ahora propiedad de Walmart, ¿de quien si no?), que para mi, representa la evolución del "guardar" al "desechable".
Cuando iba de niña al mercado con la abuela, llevabamos unos enormes canastos de mimbre que se iban llenando de pollos, huevos, fruta y verdura, además, unos "costalitos" de manta blanca, con la efigie de una virgen de covadonga, que antes tuvieron azucar y ahora, se les habían construído unas asas para convertirlas en bolsas de compra. los costales de harina y azucar, hechos de manta blanca, se lavaban y pegaban hasta convertirse en suaves sábanas blancas.
Mi abuela atesoraba las bolsas de paiz, no ibamos mucho al "super", allí se compraban algunas cosas, pero era más la "novelería" de ir a buscar juguetes, medias de nylon, tampones y otras cosas que no vendían ni en la farmacia, ni en la tienda, ni en la abarrotería ( en la abarrotería se compraba jabón, detergente, granos básicos)
así que, cuando alguien iba al super y regresaba con "bolsas de paiz", mi abuela las limpiaba y doblaba con mucha paciencia. lo maravilloso de esas bolsas era que se podían usar para llevar cosas húmedas, lo que no se podía hacer ni en los canastos, ni en los costalitos.
en la carnicería y la pollería daban la carne envuelta en periódicos o en hojas de mashan, hojas de tamal, mi abuela la envolvía en las bolsas de paiz que traía en la cartera, esas bolsas servían para todo, hasta para cubrir un brazo enyesado y permitir a un niño bañarse. hechas de poliuretano amarillo, eran bastante resistentes.
Para ir por el pan y las tortillas había que llevar bolsa o "servilleta" un trozo de manta o tela que mantenía las tortillas calientes, las señoras de la tortillería se reían si uno aparecía con una bolsa de paiz, "eso entiesa las tortillas", y en la panadería había un enorme letrero "si quiere bolsa, le cuesta 5 centavos". todavía habían panes de 5 centavos.
los plásticos eran caros, los vasos y platos desechables no eran para tirar, muchas veces pasé horas lavando platos desechables luego de una fiesta, era parte de la vida y la cultura de "no desperdiciar nada".
No sé cuando aparecieron las bolsas negras, no las de basura, sino las miles de bolsas negras que regalan en los comercios y hasta en los mercados y que se han vuelto cotidianas, ahora, tengo que decirle al niño de la tienda que no necesito una bolsa para llevar los tres bananos que acabo de comprar. Estas bolsas, también de poliuretano negro, son muy delgadas, tanto, que a veces en el mercado me dan dos bolsas para llevar algo pesado.
cuando los pájaros se ahogan con las bolsas, estas se vuelven un verdadero problema, también en el mar y en los rios, afean el paisaje y son peligrosas para la vida y lo que es peor: no se destruyen fácilmente.
Todavía, cuando trabajé en Cahabón hace 10 años, en el mercado no me daban bolsa, sino periódico y hojas de mashan, el año pasado fui a pasear y en el mercado me dieron bolsas negras.
Desde hace unos dos años, Paiz y similares han estado proponiendo bolsas de tela, la gente las usa para muchas cosas, menos para llevar la compra, ya perdimos la costumbre de usarlas (y me cuento en ellas)La gente da por sentado que le "deben de dar" una bolsa en cualquier comercio, en la tienda y mercado, en las ventas de ropa, y, por supuesto, en Paiz, en otros comercios de venta al por mayor, donde ya no dan bolsas, la gente se enfada y reclama su derecho a tener una bolsa de plástico.
en estas imágenes les presento una belleza de diseño, una bolsa de manta, como las de costal, que se dobla y cabe en la cartera, tomen la idea y háganla, tal vez así nos convenzamos de mantener una bolsa en la cartera para ir por la compra.




1 comentario:

Miss Trudy dijo...

¡Yo si uso bolsas de manta para ir al mercado! Creo que entre más nos concientizemos todos, más las iremos usando otra vez.