“Como en todas las iglesias de los santos, las mujeres guarden silencio en las congregaciones; porque no se les permite hablar, sino que estén sujetas, como también lo dice la ley. Si quieren aprender acerca de alguna cosa, pregunten en casa a sus propios maridos; porque a la mujer le es impropio hablar en la congregación”. 1ª corintios 14, 32-34.
No creo que esta sea la justificación que se usa para restringir el habla a las mujeres, pero aquel poema “me gustas cuando callas” de Pablo Neruda y la tradición popular dice que las mujeres calladas son más lindas, más deseables.
La película “las esposas de Stepford”, película con Nicole Kidman llevó al extremo esta idea al crear una robot que mantiene la paz, el silencio y cocina y cuida los niños de manera impecable.
Otro dicho famoso “mujer que sabe latín, ni llega lejos, ni tiene buen fin” intenta convencer a las mujeres que su misión en la vida debe estar alejada de la ciencia y del conocimiento.
Si revisamos la historia las mujeres que han estado en las ciencias y en las artes, además de las que fueron quemadas como brujas en la hoguera, no han sido pocas, hasta una Juana de Arco que proclamó escuchar profecías. Y aún esa fatal recomendación de Pablo, un verdadero misógino, ha sido desoída por los cientos de pastoras y reverendas que ejercen en la iglesia, algunas verdaderamente comprometidas con su iglesia, lo mismo en la iglesia católica, mujeres que no sólo se dedican a rezar, sino que hablan y hablan fuerte (allí está Dee Smith, que salió en el programa que grabaron Salma Hayek y compañeros sobre el sida en Guatemala, una mujer que no calla en la congregación en apoyo a los pacientes que viven con vih.)
Yo no sé lo que significa callarme, he tenido problemas, lo reconozco. En la universidad los catedráticos me mandaban a callar, “dele la oportunidad a otros, ya sabemos que sabe”, que le voy a hacer si estudiaba (nunca los vi decirle lo mismo a los hombres), mi paso por las ciencias sociales no fue diferente, reconozco que he perdido oportunidades derivadas de la imposibilidad de callarme, mantengo mis opiniones y me rijo por mis principios, aún cuando otros no los consideren “importantes”.
El tema de este post es invitarlos al conversatorio que realizaremos con Aída Toledo y Johana Godoy, ambas poetas y escritoras guatemaltecas que tampoco se callan.
Hemos abordado temas sexuales, de pareja, políticos y comprometidos, también temas clichés, supongo, pero la consigna ha sido no callar, no quedarse sin decir todo eso que tenemos metido dentro y que se nos ha enseñado a no expresar. Incluso el dolor de estar dentro de este cuerpo, tan degradado, tan ofendido y tan cosificado.
En esto de andar entre blogs he encontrado muchas otras mujeres que no se callan, además de las que he colocado al lado, están Becca, Miss Penny, La Prosódica, Guichita, Alejandra Herrera (quien nos diagramó la invitación para el conversatorio) y muchas más.
Me encanta ver que hemos desafiado la norma, mujeres calladas son iguales a mujeres de cera, robóticas, insensibles, ¿para que sirven?.
Los invitamos pues, a acompañarnos, y de paso, a ver la feria, que siempre es buena idea.
5 comentarios:
Hey, qué buenísimo, yo seguro asistiré. Nos vemos ahí!
Cómo me gustaría estar ahí. Desde acá mis mejores vibras Patricia. Gracias por el halago de las que no nos callamos...
Abrazos
Hey Patty buenizimo! Que le puedo decir usted siempre prendio candela en las discuciones de la Instancia. Le deseo exitos en esta platica.
Magda Ramirez.
Vanessa: gracias, ojalá y nos veamos
Filistea: gracias por las vibras
Magda: Gracias, y suerte por allá.
Felicitaciones Paty, voy a tratar de asistir para verla y escucharla.
Publicar un comentario