lunes, 1 de septiembre de 2008

esperanza

me he alimentado de mitologías desde muy niña. la biblia fué mi libro de cabecera y la manejaba muy bien. años más tarde encuentro que mi escritura ha sido fatalmente influída por el antiguo testamento: Jezabel cayendo del balcón donde la esperaban los perros hambrientos. Gedeón comandando un ejército vencedor pidiendo a sus soldados que no dejaran piedra sobre piedra y que, además, reventaran en las piedras las cabezas de los recién nacidos para que la nación filistea no pudiera levantarse jamás.
Sansón llevándose consigo a los infieles y el fuego de sodoma convirtiendo a la mujer de Lot en estatua de sal... bellas imágenes para tener pesadillas.
me la creí completita, tanto que fué mi misma "devoción" la que me hizo estudiar otras religiones, quería tener armas para atacar a los infieles, conocer los puntos flacos de su historia.
mi abuelo y su biblioteca ya me habían abierto las puertas de Grecia. estudié su mitología y gocé con los dioses y héroes, aquellos eran tan humanos y a la vez tan hermosos.
pero me empecinaba en encontrar la idolatría, los mormones y sus tablas de oro, los cientólogos y sus desprogramaciones, los testigos de jehová y sus necedades igual que los católicos con sus dogmas y prejuicios.
probé la droga de la fé demasiado joven y la escupí con toda la naturalidad de una mujer que, en su madurez encuentra tantas discrepancias y ya no puede creer.
me metí a luchas sociales, lastimé y me lastimaron. encontré a Erich Fromm, un hombre que pasó por el infierno en la tierra y que aún así cree, pero que me mostró esa historia de dioses a la medida, dioses para cada necesidad en su libro "el arte de amar" y me divorcié definitivamente de las iglesias y de lo absurdo de la fé.
yo no voy a cementerios, mis abuelos me dejaron lo que debían dejarme y si creo en la ciencia, sé que una pequeña parte de sus células sigue viva en mi, igual que algunos de sus pensamientos, pero visitarlos en el cementerio y esperar que me escuchen es absurdo igual que imaginar cielos o infiernos. he visto demasiados cuerpos muertos como para creerlo. la fé, como la plantea San Pablo, se me hace un enorme lugar común, "certeza de lo que se espera, convicción de lo que no se vé" no vivimos en la matrix, y si así fuera, ¿cual sería la finalidad de nuestra existencia?.
la trascendencia, para mí, es intrínseca. no me interesa lo que hay más allá, me preocupa lo que está aquí, menos ahora que la vieja fé se ha convertido en la predicación de la comodidad "tu fé es igual a tu comodidad", o sea, que tan cómodo estés (casa, carro, comida, diversión) evidencia lo grande de tu fé, afuera quedó la caridad, es la cultura del hedonismo disfrazado de cristianismo.
tal vez se me pasó la mano con lo anterior, no lo sé, lo único que yo tengo es esperanza: esperanza de que mañana me levantaré ( nopuedo tener fé, eso sería seguridad), esperanza de que algún día las cosas mejorarán, a pesar de que los mismos cristianos predican los grandes males que afligirán a la humanidad y los usan como carnada.
tengo esperanza y confianza en que algunos de ustedes, o tal vez muchos, viven de buena manera, sin importar si van a la iglesia o no, sin importar si rezan o no, sin importar si fornican o no, sin importar si ofrendan o no, y sobre todo, ven al prójimo como les gustaría que los vieran a ustedes, no son racistas, no son clasistas, no son sexistas, no son homofóbicos, no divulgan el odio, no creen que son los dueños de la verdad, lo que al final, resume la famosa "regla de oro" de los cristianos "ama a tu prójimo como a tí mismo".

3 comentarios:

la-filistea dijo...

Y la bronca aquí sería si uno en verdad se ama o ya se aprendió a amar como para amar al prójimo. Y además el 'prójimo' como arquetipo planteado por Jesús.No cuesta mucho amarlo pues.

Interesante esto de las religiones y la esperanza no?.

Fernando Ramos dijo...

El problema es cuando ponés tu esperanza en la religión y entonces vienen los Cash, los Solares, los Caballeros, y la mara cae de pendeja dándoles su dinero.

Patricia Cortez dijo...

por eso le dicen fé, porque es ciega, gracias filistea, prefiero la esperanza a la fé y gracias fer, que bueno tenerlos por acá