miércoles, 24 de septiembre de 2008

cambiando estructuras.

no es fácil, digamos, es una lucha contra gigantes, y los gigantes no siempre están quietos.
la salud en guatemala es un problema complejo, ante todo porque la visión del gobierno, la gente y los profesionales sobre el sistema no es la misma.
primero, hay que aceptar que el sistema tiene un financiamiento mixto, esto es, una parte del dinero que se gasta en salud sale del estado, pero más del 60% de este gasto sale directamente de la bolsa de los usuarios. en terminos de realidad, cuando este porcentaje se ve, se debe aceptar que la cobertura real de los servicios gubernamentales no llega a más del 30 o 40% del gasto total, o sea: estamos en manos privadas.
la salud, en este país, es un bien de cambio, se tiene la salud por la que se paga y depende de cuanto se pague se tendrá el servicio.
lamentablemente todos los gobiernos se han apoyado en una posición pupulista, donde se esmeran en decir que la cobertura y los servicios estan disponibles gratuitamente y completamente.
los usuarios, cuando llegan a los servicios gubernamentales, se dan cuenta que "aplican restricciones" y no todo es completamente gratuito, ya sea por los gastos colaterales o por la falta de servicios de apoyo (rehabilitación, enfermería en casa, medicamentos, exámenes especiales) que se deben comprar.
en el otro segmento, los servicios pagados, al no tener control estatal o ser este muy pobre e ineficiente, ofrecen servicios que no responden a los mismos estándares de calidad: si bien se tienen servicios comparables con el 1er mundo (incluso turismo médico) estos no son accesibles por el precio a toda la población y,por otro lado florecen centros de servicio de escasa calidad, que ponen en riesgo la salud, estos "sanatorios de garage" no cuentan con los sistemas apropiados pero su precio es más "accesible" a la gente.
la epidemiología que se trata en los hospitales, evidencia una falta total de prevención: violencia,accidentes, enfermedades infecciosas, consecuencias de enfermedades crónicas mal atendidas (úlceras crónicas, desnutrición, pie diabético) y las enfermedades catastróficas, pueden llevar a una familia a la quiebra (cáncer, Sida y otras crónicas representan gastos enormes)
la desarticulación de los servicios públicos, la poca inversión y su deterioro generan miedo en la población, pero los servicios privados ejercen cuotas leoninas que no resuelven el problema y generan más pobreza.
cambiar la estructura requiere valor. en primer lugar porque se tiene que admitir que la cobertura "total" requiere de inversiones tan altas que no están disponibles en el país, es de notar que, los países con cobertura "total", son los que tienen tasas impositivas más altas. por otro lado, la prevención se ha dejado en manos del ministerio de salud, y en este caso, la educación, la infraestructura sanitaria, la seguridad alimentaria y otras cosas, se dejan de lado o no se ejecutan.
por otro lado, la seguridad social, tan desacreditada, debería ser parte de la respuesta, una inversión personal en seguros no comerciales (los seguros comerciales necesariamente tienen menor cobertura para "sacar costos") y un copago, donde la solidaridad se evidencie.
en fin, el análisis no es suficiente, pero los cambios son a largo plazo, y ante todo, sin miedo

2 comentarios:

Unknown dijo...

me parece super sesudo tu analisis, realmente tenes razón. Con el caso de mi amigo Carlos que paso por tres hospitales distintos en 23 días de agonía, refleja todas las consecuencias de esa privatización de la salud. 600 mil quetzales de deuda para la familia, es la herencia de esta muerte. Y lo único que mi amigo dijo cuando estaba en el roosvelt es que por favor no lo fueran a cambiar de hospital... y no le hicieron caso, igual se fue..
en fin
es triste

Patricia Cortez dijo...

lo peor, lucía, es que nosotros mismos desacreditamos al seguro social. yo estaría más contenta de aportar al seguro social, que al seguro privado que tengo que pagar. especialmente porque, si no lo uso, no voy a ayudar a nadie más que la bolsa de un banquero.