lunes, 7 de diciembre de 2009

Quemando el Diablo.

Han sido días interesantes, la gente tiene diversas maneras de acercarse a la información, gracias a un aprendizaje de varios siglos, la de los Guatemaltecos, es la ira, no toleramos que nos digan nada, nos molesta y nos incomoda la oposición, no toleramos la diferencia.
Estaba preparando algo para hablar de la alimentación maya, no solo el maiz, también el aguacate, y la increíble variedad de calabazas, de las que se comen las flores, las hojas y, por supuesto, los frutos, el tomate, "manzana de oro", le dicen los italianos que lo reclaman también como suyo, nada como una buena salsa de tomate.
Pero lo dejo hasta allí, porque habrá que hablar de los diablos internos, que se nos salen o nos sacan los hijos, los niños no esconden, tienen esa sinceridad tan agresiva.
Hace un par de días mi hijo y sobrina se ofendieron con unas niñas, cuyas madres trabajan en favor de la mujer, al escucharlas decir "no nos juntemos con la hija de la sirvienta", hablando de la mujer que hace la limpieza.
Siento que esos diablos son difíciles de erradicar, no basta con sacar la basura a la calle y quemarla, también hay que sacar la basura interna, los prejuicios, el odio, que cuesta tanto sacar, ya saben que no creo en dios, pero me encanta esta época, es justo dejar unos días para autoevaluarse, comenzar sacando el veneno, quemando al diablo interno, para sentir "el espíritu de navidad", de hermandad y amor.

5 comentarios:

Angel Elías dijo...

todos de una u otroa manera quemamos nuestros diablos internos.
El guatemalteco pretende quemar el diablo que nunca se saca y que le prende fuego cada año.

Patricia Cortez dijo...

Gracias Angel, tenemos tantos diablos...

Miss Trudy dijo...

Que triste cuando los niños ya han aprendido a discriminar. Y si, todos tenesmos nuestros prejuicios y debemos pasar en contante limpieza interna ...

Patricia Cortez dijo...

Si, Miss Trudy, es triste, y además enfurece, porque dice mucho de las madres...

Nancy dijo...

Yo ya no quemo nada (conciencia ecológica que le llaman) pero trabajo árduamente para exorcizar los demonios internos. No los quiero conmigo.