martes, 29 de diciembre de 2009

Entre Mitos

Escogí algunas de las definiciones del diccionario de la RAE acerca de Mito, y aquí están:
mito1.(Del gr. μῦθος).
1. m. Narración maravillosa situada fuera del tiempo histórico y protagonizada por personajes de carácter divino o heroico. Con frecuencia interpreta el origen del mundo o grandes acontecimientos de la humanidad.
2. m. Historia ficticia o personaje literario o artístico que condensa alguna realidad humana de significación universal.
3. m. Persona o cosa rodeada de extraordinaria estima.
4. m. Persona o cosa a las que se atribuyen cualidades o excelencias que no tienen, o bien una realidad de la que carecen.

En este sentido, o sea, en sentido literal, según la primera definición, todas las explicaciones del origen del mundo, que forman parte de la cosmovisión de cada una de las religiones existentes en el mundo (la cristiana es solamente una de ellas) se puede considerar un mito.
Pero además, un mito también es una persona cuyas cualidades y características lo colocan en este estado.
Hace unos días hay una pelea en el periódico, debido a que alguien calificó a Juan Pablo II como "el patrono de los pedófilos".
Si bien, Juan Pablo II, puede ser considerado como uno de los más avanzados líderes de la Iglesia Católica, y alguien que, entendió la globalización y trabajó para globalizar su imagen, este no pasa de ser un mito, un ícono, que, obviamente, visto en su perspectiva humana, tiene que tener faltas.
Los escándalos sexuales que se relacionan con las iglesias no son extraños. Muchos líderes religiosos han aprovechado la posición que da el poder para abusar de niños y mujeres, pero, anteriormente, esto era fácilmente ocultable.
Todos sabían que el "sobrino del cura" era en realidad su hijo, y muchos niños fueron enviados lejos para que no contaran nada, madres entregaron a sus hijos sin sentir culpa, en parte porque "era para el servicio de dios", incluso en las sectas más famosas, este poder se ejercía a través del sexo, muchas veces, no consensual.
Tapar los escándalos sexuales era una práctica corriente, se hacía cotidianamente para evitar la caída de los demás fieles, la globalización de la información, y la penetración de la prensa a todos los resquicios de la farándula, han permitido que esto cambie: durante el siglo XX entramos a las alcobas reales,no ya como a la de Enrique VIII o la reina Isabel I, sino que se escuchó en vivo la conversación plagada de referencias sexuales de Carlos y Camila y los escándalos sexuales persiguieron hasta al presidente de Estados Unidos, que tuvo que declarar sobre vergonzosas prácticas bajo el escritorio, también con lujo de detalles.
La iglesia, lamentablemente, no percibió la avalancha que venía, actuando como siempre e intentando preservar las escasas vocaciones que quedaban, es bien sabido que estas han ido disminuyendo a través de los años.
El problema es que, a diferencia de los cuarteles, los niños abusados no tienen un código de obediencia debida ni un "no preguntes, no digas", los fieles son fieles a la iglesia, no a los sacerdotes, la petición de los padres de justicia, llegó tal vez tarde, pero tuvo que ser reconocida por los sacerdotes y por el papado (además de las compensaciones económicas que endeudaron a las diocesis).
Tampoco es para pensar que Ratzinger actuó por humanidad o decencia, lo hizo porque el escándalo era demasiado para acallarlo, no era esconder algo bajo el cojín del altar, era un movimiento que amenazaba con ser mundial.
La tardanza y tal vez, un poco la ingenuidad de Juan Pablo, al no reconocer el escándalo que llevaba dentro y darle apoyo a un pederasta con cientos de acusaciones, podría pesar a la hora de elevarlo a los altares... o tal vez no.
Al final, Juan Pablo, ya es un mito, alguien cuyas obras reales siempre serán menores que aquellas que se le atribuyen, o sea: un santo.


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