domingo, 25 de octubre de 2009

Mis agendas

Lo admito, tengo mis agendas, tengo mis demonios y también, tengo mis intolerancias.
Una de las que más aflora es la alergia que le tengo a la religión, no a la fe, esta es una cuestión personal, a diferencia de las religiones, que, con contadas excepciones, constituyen más sistemas de opresión que de liberación.
Estoy ahora, metida en un proceso de capacitación a mujeres: son mujeres diversas, de distintas regiones, religiones, edades y nivel educativo, sin embargo, luego de aprender sobre su propio cuerpo y cuidado, incluso acerca de sus riesgos de cáncer y embarazos, la pregunta general es: "¿por qué no nos enseñaron todo esto antes?" y alguna otra replicó que, parecía, como si la ignorancia fuera favorable para mantener la sumisión de la mujer al respecto de su propio cuerpo.
Sin embargo, como parte de las capacitaciones se hizo necesaria una revisión muy amplia de los métodos anticonceptivos naturales, con la finalidad de no vulnerar la fe y la religiosidad de algunas de las compañeras, que se niegan a ingresar medicamentos en su cuerpo, pero que quieren cuidarse.
Es evidente que, para muchos, una mujer que entienda, conozca y aprenda a cuidar su cuerpo, constituye una amenaza, una mujer que pueda ser sexualmente sana, sin miedos absurdos ni creencias tontas, que pueda poner su como, cuando y donde, que aprenda a evitar todo aquello que pueda enfermarla, incluyendo al marido promiscuo.
Es obvio que, algunos religiosos, encontrarán esto "contrario a la palabra de dios" ya que, incluso el papa Benedicto, escribió en 2004, que las mujeres debían evitar las confrontaciones con los hombres y cultivar valores de escucha, sumisión, oración y espera.
A diferencia de lo que piensan muchos, no buscamos la igualdad con los hombres, pero partiendo de la diferencia, básica y orgánica, es necesario recordar las opresiones de las mujeres, que durante siglos,fueron declaradas "sin alma" por las grandes religiones, negando su papel incluso de dadoras de vida, que se les reconocía a los hombres, las mujeres vaso, vasija, sin más papel que el de reproductoras, también reprodujeron el lenguaje, la escritura, la ciencia y el arte, dejando incluso en el idioma la frase "lengua materna", que es la que se aprende en la casa, no es paterna, porque el padre no enseña, son las madres las primeras maestras, reproductoras de conocimientos básicos, cuidadoras de la salud, alimentadoras, hechoras de vestidos, etc.
Luego de un paso de más de 10 años por una iglesia y una secta, creo tener bases para negarme a volver a involucrarme con un sistema que no sólo oprime, sino publicita y promueve la opresión, en especial de las mujeres, y no intenten convencerme de lo contrario, porque las mismas líderes no son capaces de vivir una vida propia, aparentemente. Creo que la frase de Ghandi, resume lo que yo siento: "me gusta el cristianismo, pero no me gustan los cristianos".

2 comentarios:

Nancy dijo...

Querida doctora... No puedo decir nada más. Muchas veces (como la actual) me pasa que al leer lo que opinas es como si me hicieran una radiografía de lo que yo pienso, solo que dicho de manera más interesante y coherente, claro.
Comparto absolutamente todo lo que dices, excepto lo del paso por una religión o una secta...
Apapachos de admiración

Maya dijo...

Hola Pati:

en medio de montones de tareas, agendas y proyectos, estoy de acuerdo contigo. Trabajé en varias ocasiones en lugares con mucha gente religiosa y siempre que una mujer tenía algún problema, físico, social, de amor, el solo manifestarlo ya era una osadía.
Y como siempre, ella tenía la culpa de lo que le pasaba. Ese círculo demoníaco culpa-vergüenza-miedo, está bien internalizado en la mayoría de nosotras, aun cuando no estemos dentro de una iglesia o religión.
Considero que aun estoy cautiva en alguna medida de ese círculo y eso que la iglesia me echó a los 10 años.

Saludos,