viernes, 6 de febrero de 2009

paréntesis (los cuques)

como les dije me iba a ir, tengo mucho trabajo, pero esto no toma más de 10 minutos y creo que me interesa decirlo.
pasé por el parque central hace unos días, y vi la protesta de los discapacitados del ejército. todos amputados.
hace muchos años, cuando el conflicto estaba en efervecencia y el hospital militar todavía estaba en la zona 10, operaron a mi abuelo que era coronel retirado. una operación programada de la próstata, normal a su edad.
a su lado estaba un joven oficial de 24 años, había sido dado por muerto y se le realizaron casi 20 cirugías de reconstrucción, en esos días estaban intentando no amputarle el brazo.
yo estudiaba medicina y pasé por las viejas barracas donde estaba la tropa, y pude ver salir de allí a todos esos soldados amputados.
analizando la historia, el poderío militar de la guerrilla nunca fué tan grande, se habla en voz baja de cientos de "accidentes" que se daban en la batalla, donde el fuego cruzado y la utilización de armamento y explosivos muchas veces cobró víctimas en el lado propio.
pero lo más duro es el racismo que esto evidencia. la falta de coherencia que hay cuando a un oficial se le hacen 20 operaciones para intentar "reconstruirlo" y a la tropa se le amputa, porque esto es más sencillo quirurgicamente que intentar la reconstrucción. al final, los soldados eran pobres "inditos" en su mayoría reclutados a la fuerza y por lo tanto, completamente desechables.
el resarcimiento a estos pobres soldados no ha llegado, porque, mientras los oficiales tenían todas las prebendas, la tropa nunca fué tratada de la misma manera.
un columnista pregunta ¿por qué tanto odio para la tropa?, y esto es evidente en las imágenes de cementerios clandestinos, pero ellos no fueron sino otras víctimas.
durante esos mismos años de la guerra, el pabellón de cirugía plástica del hospital militar siempre estaba lleno, pero no de soldaditos heridos, sino de mujeres y amantes de los oficiales que aprovechaban el servicio de reconstrucción de nariz, pechos y demás cosas. no lo digo de oídas, yo ví a esas mujeres vendadas caminando en la salida.
aquí la reconciliación no será posible hasta que todos reconozcan sus culpas, y hablo de todos, incluyendo a los que se han llevado el dinero del pueblo que debería resarcinos por tanto atraso.

6 comentarios:

Nancy dijo...

Doctora, qué buen punto. Realmente nunca me detuve a pensar en eso de las amputaciones y las reconstrucciones (quizá porque no me enteré de esa faceta). Uy, francamente, me has dejado pensando. Excelente post.

Nancy dijo...

Por "esa faceta" me refería a la de las reconstrucciones. Creo que el desvelo me afecta mucho, debe ser la edad.
;o)

Anónimo dijo...

vos como siempre... excelente post
así es siempre, en la guerra los que sufren son los mas pobres... ni creaas que son los altos oficiales los que resultan heridos.

Yo me recuerdo, en el hospital militar sieeempre las gordotas de las esposas y amantes de militares exigiendo y demandando el servicio de quienes ahi trabajaban.

el Kontra dijo...

Buen post Patricia, este es un punto en el que no reflexionamos. Lo más triste es que las cosas aquí siguen igual sino es que peor. Saludos que estes bien.

PROSÓDICA dijo...

échale yo también tuve abuelo Coronel... casualidades de la vida. Y sí, fui al hospital militar un par de veces de pequeña... no lo ví, pero sí escuché muchas historias de parte de mi abuelo y mi abuela de los abusos que se daban del servicio hospitalario.

También es cierto lo que decis de que muchos de los soldados de las tropas, eran puros campesinos reclutados, algunos hasta a la fuerza, para enlistarse... no sabían ni qué batalla peleaban... hay tanto que meditar allí.

Diferente este tema patricia, me gustó.
abrazote

Patricia Cortez dijo...

Queridos:
respondiendo tarde.
creo que el analizar la historia debe ser integral, ya se ha resarcido a parte de los damnificados, obviamente también los soldados fueron llevados como ovejas al matadero y en ambos bandos los líderes comiendo y bebiendo.
esa es una escena de salvando al soldado ryan, donde los oficiales comen pan con queso y son afeitados, mientras la tropa acaba de pasar por el desembarco, cualquier parecido con la vida real es pura coincidencia