miércoles, 13 de agosto de 2008

herencias


desde que la filistea publicó algo sobre su herencia, me quedé pensando en la mía.
en realidad, la herencia de mis abuelas tiene diferencias y similitudes. mi abuela paterna que murió hace 3 años, a la maratónica edad de 96 años (nació en 1910) estuvo bastante lúcida hasta una semana antes de su muerte. unos meses antes hizo sendas cajas para todas sus nietas donde colocó sus últimos tesoros, así que yo me encontré con una caja que contiene un hermoso plato de vidrio para pastel, varios pocillos de peltre y sus platos, una tetera de peltre y tazas de vidrio transparente. nada muy valioso, parte de su vajilla diaria todos los tesoros se los dejó a mi tía, una mujer de 76 años que permanece soltera y que parece ser mucho más joven, pero esa es otra historia, como lo hemos visto, las mujeres valoran su menage de cocina mucho más que sus joyas.
mi otra abuela me dejo una herencia más intangible, preocupada por el tipo de educación no sexista que mi padre nos brindaba, se dió cuenta de que yo no sabía hacer "nada" más que estudiar, leer y filosofar y a temprana edad mi madre no me había enseñado ninguna habilidad "necesaria" y que además me comportaba como un varoncito que gustaba de jugar rudo y manejar bicicleta. durante varios años, la casa de la abuela fué mi destino vacacional, lejos de los árboles para trepar, o de las bicicletas, mi abuela me enseñó a cortar y coser una falda de campana, ( para que me quitara los pantalones y los overoles) hacer "modelos exclusivos" para las flacas barbies (conocer la moda), pegar zippers en la máquina de pedal sin perder el ritmo, tejer a crotchet y hacer encaje, hacer jaleas de sabores y pasteles, cocinar huevos, pelar arvejas, limpiar frijol, pelar verduras. a sentarme en la mesa como una señorita, usar la cubiertería, poner la mesa de fiesta y servir a los hombres como ella servía a mi abuelo. me contó cuentos que no están en los libros y que ella conservaba en su memoria.
con todo esto, el trauma que me provocó al llegar a la universidad encontrarme con que las mujeres eramos consideradas "menores" en el mundo no se suavizó con mis habilidades, es cierto que preparé un modelo a escala de una célula usando la técnica de modelado en azucar, que me gané el favor de muchos jefes con mi cocina de fiesta, que logré verme menos marimacha al poder hacer pasteles y demás...
mi abuela siempre fué una mujer oprimida que vivía para el marido y los hijos, totalmente diferente de mi otra abuela y de mi madre, pero lo que ella me enseñó me permitió adaptarme a un mundo para el que mis padres no me prepararon. ese mundo que está lejos de los libros y de la independencia, ese mundo donde las mujeres deben callar y servir en silencio, ese mundo donde no tenemos opinión, ese mundo donde nos medimos por el vestido, la talla, el peinado y las habilidades para la cocina y la repostería.

foto: pastel realizado por mí para la lectura de poesia de Canelitas Finas, en la exposición Sweet suite love. Casa Ibarguen 13 de agosto de 2008

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