cuando trabajé en Cahabón, mi segunda base era Lanquin, alli había luz y cada dos o tres días íbamos a traer hielo para que nuestras vacunas no se dañaran. increible que hayan pasado casi 10 años de eso.
entonces el camino era, largo y polvoso, así que cuando asfaltaron parte del camino debió haber sido una bendición para los habitantes de la región.
recuerdo especialmente mis viajes en la ambulancia, angustiada por la leve respiración de una niña o el inminenente parto de una mujer que llora. tres horas o más para cubrir menos de 100 kms.
aunque sabía que Champey estaba por alli, en el tiempo que trabajé por ese lugar, nunca fuí, no podía, yo estaba trabajando no de descanso y el lugar queda un poco lejos.
champey es como un mito, el lugar es increible ya que se trata de una formación rocosa natural que deja bajar el agua en una serie de piletas naturales cuya agua transparente se ve como coloreada de azul y amarillo por el efecto de las rocas y las algas.
el lugar es precioso y realmente increible.
años después fuimos con la gente de Medicos Descalzos, Chinique, que me ayudaba a ver un laboratorio de plantas medicinales en el lugar, y , desde que pusieron el asfalto, nunca había ido.
pero pasamos la navidad en Cobán y decidimos ir a Champey y...
nos fuimos. me di cuenta de que se ha convertido en un lugar cada vez más cercano y que , cosa rara, todavía es parecido al paraíso.
se puede ver que se invierten los 30 quetzales que cobran en la entrada, han puesto senderos y escaleras y la limpieza es increible. unos hombres cuidan que nadie haga nada ilegal y ponen atención a los turistas que se zambullen en las aguas transparentes.
todo se ve muy ordenado, no hay basura visible y muchas novedades como un maravilloso mirador que, aunque cansado y dificil, te premia con una vista maravillosa del lugar.
Lanquin no ha mejorado mucho, pero es hermoso ver que la gente sabe lo valioso que es el lugar y lo están cuidando. el turismo todavía no ha derramado sus dones en la región que sigue siendo pobre y eferma, pero que aún así intenta dar servicio al turista, eran casi las 3 de la tarde cuando todavía encontramos un comedor abierto donde disfrutamos un delicioso almuerzo. (tengo que decir que es el mismo comedor donde paraba siempre que iba a Lanquin)
regresamos con una foto de calendario, que parece haber sido tomada desde un helicoptero, un hermoso regalo para compartir con aquellos que no han ido por esos lugares tan alejados de todo. (pinchen encima y la verán en todo su esplendor)
la carretera ha acercado el lugar, sólo es cuestión de que lo preservemos para no perder ese pedacito del paraíso.
1 comentario:
Esa foto no fue tomada de un helicoptero, fue del mirador que hay en la entrada, es un lugar bellisimo, pase el fin de año por alla, pero en el 2006.
saludos
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