lunes, 17 de diciembre de 2007

el amor al dinero.

es la raiz de todos los males..
o como dijo Quevedo "poderoso caballero es don dinero".
las reflexiones de adviento de Julia Esquivel, maravillosa poeta Guatemalteca incluyen una llamada de atención acerca de los líderes religiosos que parecen haber olvidado la escencia religiosa por el amor a las posesiones.
la competencia esta alli: "mi iglesia es mayor que la tuya, los asientos son de cuero, o son reclinables o tenemos un equipo de sonido valuado en tanto"...
y mientras tanto los fieles son obligados a demostrar sus bendiciones a través de sus "posesiones". y a veces, dentro de las posesiones se incluyen esposa e hijos.
sus "bendiciones"se cuentan por la casa que tienen, la esposa que "dios les dio" como si fuera propiedad y los hijos, que igual son considerados. incluso el mito de Job incluye esa idea porque cuando sus hijos murieron, pues los repuso como si fueran reses.
esa persona que mató a su mujer y a sus hijos lo justificó diciendo "me lo iba a quitar todo". las propiedades, los hijos e incluso a su propia persona que podría decidir sola lo que haría.
no somos ya por lo que demostramos, somos lo que tenemos y así están las tiendas llenas de gente que pretende demostrar sus "bendiciones" a través de un nuevo traje, un televisor de plasma, una lavadora inteligente...
la mujer y la chica que murieron otra vez fueron consideradas "propiedad" de alguien. ese alguien que cuando ya no le sirvieron las iba a tirar a la basura, igual que dentro de algunos meses estará la televisión de plasma. al fin que como Job, su dios le puede reponer toda la fortuna y propiedades, incluyendo esposa nueva e hijos nuevos, según él se la merece, será bendecido.

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