jueves, 11 de noviembre de 2010

de Super mujeres y super hombres.

Todas las ridículas enseñanzas que nos presenta "el manual de la buena esposa" dejaron mella en nuestra forma de comportarnos, esa construcción genérica que se llama " la esposa perfecta" o "la ayuda idónea" se clavó en nuestras mentes sin que, todavía, podamos deshacernos de su maleficio que nos coloca inevitablemente en situación de inferioridad en comparación a los hombres.
Aún cuando la mayoría de mujeres piensa que ya no podemos portarnos así, muchas tenemos todavía el "síndrome de la super mujer"
Haciendo un recuento de mi semana de "super mujer" me entero que: escribí un cuento, dos posts para este blog, un artículo para el día mundial del sida,  tuve dos reuniones de "alto nivel", fui comisionada para dos actividades de carácter nacional que requieren hacer lecturas y presentaciones, hice dos informes, revisé tareas de mi hijo, hice un pastel de zanahoria, rollos de canela, lasagna, pollo cordon bleu, caldo de gallina, desayunos gourmet, waffles y estoy tejiendo una bufanda de moda a crotchet.
Ese trajín evidencia que ya padezco el síndrome. Soy alguien que, además de ser una profesional de alto rendimiento, también es madre casi a tiempo completo y sigue asumiendo roles "tradicionales" como las manualidades, el tejido, la cocina gourmet e intenta no descuidar su arreglo personal.
En mi caso, sin embargo, el número de platos servidos se iguala con el número que sirve mi compañero y él también tiene un trajín similar al mío, donde yo veo mi "síndrome" es en la necesidad de hacer "algo extra" que justifique mi papel de mujer y que no es necesario (como el pastel de zanahoria y la bufanda) pero que me dan ese "brillo femenino" que parece ser tan importante.
Mi abuela conspiró, al parecer con éxito, para enseñarme las mil y una artes de la casa, aunque soy mala alumna, algo queda en esa compulsión por hacer manualidades o "cositas" aunque nunca decoraría mi casa con "adornitos".
Ese deseo se evidencia en la diputada  y probable candidata presidencial que asegura que "ella decide que se compra en el mercado y que se prepara de comida", bastante ridículo por cierto, para una mujer tan ocupada.
Pero el tema es que, aunque nosotras ya no somos las mismas, aún existen hombres que añoran a la chica de postal con delantal de florecitas que los reciba cantando en la puerta de la casa y, muy a pesar de los que detestan los cambios, el nuevo ideal de la pareja "pareja" con igualdad de responsabilidades y privilegios parece estar más presente en hogares (como el mío) en donde se han construido a fuerza de comprensión y diálogo
¿Quién va a construir a esos "super hombres"? ¿cómo debería ser un hombre actual?.
Antes de comenzar con una interminable lista de deseos,tenemos que seguir proponiendo y animando a los hombres a construir una identidad masculina que no se base en el típico padre sentado en el sillón "cansado de trabajar", que fue una construcción de los publicistas de los años 50,  y que cimenta su poder basado en la fuerza física, la misoginia, el derecho de propiedad de hijos y esposa.
Me gustaría ver en serio una "revolución masculina" que honre la propuesta femenina con una corresponsabilidad y realmente analizando el daño que la actual visión de "lo masculino" también ejerce en los hombres. Y siempre es agradable ver los pasos que algunos van dando, animados tal vez por sus compañeras o a pesar de las imposiciones sociales. Pero también el número creciente de personas adultas solas, frustradas ante la imposibilidad de generar una alianza matrimonial o de hecho que no sea en perjuicio de una de las partes en el eterno juego de poderes en que se convierte el matrimonio.
Lastimosamente, todavía existen muchas personas y grupos que temen perder su poder y control sobre las mujeres y le siguen apostando a generar en ellas ese sentimiento de servilismo y sacrificio que era la marca de fábrica de nuestras abuelas. En nosotros queda el tipo de relaciones que queremos construir.

2 comentarios:

Unknown dijo...

En lo personal a pesar de haber crecido en hogares similares contigo mi amada y respetada prima, te cuento que en nuestro caso si tratamos de superar este estereotipo y creo que es algo que en la actualidad aunque no lo creas si ha desparecido bastante al menos en mi circulo de amigos he observado que la mayoria practica lo que vos y nosotros hemos puesto en practica, aparte de mis aficiones culinarias y que me gusta estar en casa compartimos muchisimas cosas y hemos tratado de mantener un balance en el cual ninguno de lso dos se vea menospreciado ni condenado a vivir una vida infeliz y que raye en la esclavitud. un cordial saludo.

Patricia Cortez dijo...

Si vos, pero desde el púlpito se les sigue repitiendo a las mujeres que deben abandonar sus propios sueños y anhelos para ser "ayuda" se les sigue insistiendo que "el hombre es cabeza" y donde hay cabeza... hay una cola.