lunes, 28 de abril de 2008

Gerardi

hay personas que influyen en otras casi sin darse cuenta, eso me pasó a mi con el obispo.
lo conocí cuando tenía 5 años, mis padres son evangélicos y en esa época el obispo dió la dispensa para que ellos pudieran apadrinar a unos niños.
no sé por que otra razón estuvimos yendo a su casa durante varias semanas. mi madre y unas amigas se reunían allí y nos dejaban a un grupo de muchachitos bulliciosos gritar alrededor y jugar.
recuerdo que llevabamos plasticina y comenzamos a restregar la masa roja sobre el piso recién lustrado, por lo que el ama de llaves nos regañó. corrimos a quejarnos y yo dije "la esposa de monseñor no quiere que juguemos aqui". mi madre se puso roja y las otras señoras también, pero Gerardi, que sabía que yo no era católica, comprendió que todos los pastores que yo conocía tenían esposa y por lo mismo no podía comprenderlo, así que lanzó una risotada y se acercó a nosotros para pedirnos que jugaramos en el jardín, no sin antes convertir la masa roja en una serie de manzanitas muy bien realizadas que pusimos en un canastito acabando con la amenaza a los pisos.
mas tarde me dijo, que la señora no era su esposa e intentó explicarme cómo funcionaba la iglesia católica.
para mí su cercanía lavó las dudas que yo tenía acerca de si podía o no juntarme con gente de "otras religiones" y me hizo comprender que los "padres" no eran los monstruos que yo pensaba.
la noticia de su muerte para mí fué shoqueante. durante un año tuve pegada en el refrigerador la estampita que algún grupo sacó al conmemorar un mes de su muerte. no es que le rezara, pero me servía para continuar aprendiendo a tener eso que él me mostró: tolerancia a las personas que piensan diferente.

1 comentario:

Unknown dijo...

TENGO EN MIS MANOS UN VIDEO ACERCA DE LA INVESTIGACION DE SU MUERTE SI TE INTERESA PEDIMELO, SALUDOS