martes, 12 de febrero de 2008

historias de mi pràctica mèdica

al fin lo asimile: no voy a volver a ser médica en mi vida (supongo)
por lo mismo hoy comienzo a contar esas historias de terror que tuve que pasar en la pràctica.

haciendo pràctica en hospital, alguna vez estabamos unicamente mujeres de turno: 2 mujeres mèdicas, enfermeras y demàs personal: todas mujeres.
la noche habìa estado tranquila, en general. con mas de 100 camas para dos mèdicas pues casi no habìamos dormido, acababamos de terminar una cesarea y eran las 5:00 de la mañana, asì que pensamos en dormir un poco.
la llamada de la emergencia era de urgencia: por favor vengan ahorita.
cuando llegamos las enfermeras aún estaban temblando, en una camilla un joven de unos 21 años tenía la cara despedazada y el labio abierto en tres partes. todas las heridas cortantes y no profundas pero se veía espantoso.
a su lado otro muchacho muy alterado intentaba calmar a la enfermera que lloraba y el policia de la garita a su lado.
la muchacha explicó que los jóvenes, aparentemente drogados, habían llegado pidiendo atención, ella les dijo que estabamos operando y que esperara y entonces él la tomó del cuello y la arrastró hacía la pared donde le somató la cabeza, mientras le decía NOS ATIENDEN AHORITA PUTAS O VAN A VER LO QUE LES PASA.
Ellas llamaron al policía, pero el agente dijo que no podía hacer nada porque "no le constaba" que en realidad el joven las hubiera agredido.
mi compañera, que era la jefe esa noche, me dijo: pues coselo, al fin que eso quieren y me acerqué a ver las heridas.
le dije que lo mejor era que esperara, que yo no era especialista ni mucho menos cirujana plástica y que por ser tan grande y en la cara no iba a quedar bien, y que por la mañana llegaban los cirujanos, en un par de horas.
los dos me volvieron a gritar y a decir que ellos pagaban impuestos y que era mi deber atenderlo a lo que mi compañera me gritò ya enojada "coselo, su problema si no queda bien".
creo que pasè las proximas dos horas haciendo la costura, eran heridas de navaja muy rectas, pero con profundidades variables, usè el hilo màs fino que encontrè e intentè recordar el tiempo cuando ayudaba a un cirujano plastico en un hospital de lujo, cuando terminé pude ver que el muchacho era muy guapo, pero yo no podía asegurar que la sutura estuviera bien.
mientras lo cosìa me contó que ambos habían bebido mucho y que un grupo "de huecos" los habían atacado ( no le creí, los dos estabam màs que bebidos, coqueados, las pupilas dilatadas)
le dí muchas sugerencias y se fué.
unos mese más tarde tuve que ir al banco y me puse a temblar: alli en la caja estaba el otro muchacho, recordé su actitud y sus gritos y su mirada me dijo que en realidad no había quedado bien su hermano ( en algún momento dijo que eran hermanos)
todavía hoy no sé a quien culpar:
yo sè que no hice un buen trabajo, pero es dificil hacerlo bajo amenaza.
ellos no querían esperar o que se les enviara con un especialista porque temìan que sus atacantes (o atacados) los buscaran.
por otro lado: hice lo que se esperaba que hiciera, incluso màs, pero no podìa garantizar que sus heridas quedaran bien.
o es el sistema?

2 comentarios:

www.reginajosegalindo.com dijo...

oye esta historia parece ficción, de la buena.. no se si es un cuento tuyo o si es un cuento que en realidad paso, o si es una mezcla, qué ha pasado patti... ahora me quedo nerviosa, con la angustia, pensando en esa vaina

Patricia Cortez dijo...

lo malo regina, es que no es ficción, es real y cada vez que iba al banco me quedaba con miedo y pensaba en el pobre muchacho guapo y ahora desfigurado...