...que la naturaleza siga su curso...

Una de las dudas que caben en todos los médicos es ¿cuando intervenir y cuando no hacerlo?.
En la muerte del Papa Juan Pablo II se dieron algunos excesos, ¿quien decide prolongar la vida de un hombre cuando la naturaleza ya ha avanzado?.
La justificación, siempre, es que la ciencia es una herramienta y que es posible utilizarla para prolongar la vida, sin la ciencia muchas personas, incluyendo a Stephen Hawking, hubieran muerto sin remedio.
La excomunión de una monja que accedió a realizar un aborto terapeutico en una mujer madre de 4 hijos que no podía, fisicamente, llevar a término el embarazo, sin morir ella misma, ha puesto en la mira a una iglesia hipócrita que permite el daño físico y emocional de niños, a través de curas pedófilos que reciben castigos mínimos, pero criminaliza la salvación de una madre debido a la perdida de un feto que no tenía mayores probabilidades de sobrevivir.
Yo no considero que sea una decisión fácil, pero tampoco es una decisión frívola, no se trata de una mujer que "decide" que no quiere más hijos, e inmediatamente la iglesia criminaliza a los salvadores de la mujer ¿cuál es el problema?.
En este caso, dejar que la naturaleza siga su curso implica cerrar los ojos a la complejidad del problema y enfocarlo en un moralismo falso, tendencioso e hipócrita.