el trabajo de las mujeres sostiene al mundo y a la humanidad.

Aunque entro al blog de Johan para reírme un poco, y no siempre lo logro, hace unos días puso algo que me llamó la atención. Se refería a que un hombre había dicho "si las mujeres no hacen el oficio ¿quien lo va a hacer?".
La mayoría de personas (MASCULINAS) dan por sentado que tener una casa limpia, ropa limpia y planchada, comida caliente y niños felices se logra CASÁNDOSE.
En algún lugar leí, hace muchos años, de una muchacha exitosa, independiente, que paraba agotada el fin de semana y a su vecina se le ocurre decirle "me parece que lo que usted necesita, es una esposa".
El "oficio" incluye servicios secretariales, consejería, enfermería, limpieza, tutora de clases, coach deportivo, y un sinnúmero de etcéteras que cubren más de 12 horas diarias.
Hace algunos años, la cédula de vecindad de Guatemala no decía "ama de casa" sino: "oficios propios de su sexo", asumiendo que se trataba de lo normal, que las mujeres hicieran estas tareas.
Esa preocupación, de la que Johan hace mofa, es lo que mantiene las cosas "como deben ser", gracias a eso las madres reciben (yo no, aclaro) electrodomésticos, delantales y útiles de cocina en "su día" y los comerciales del día de la madre dicen "porque ella te cuidó desde antes de nacer" (como si lo único que hiciéramos fuera cuidarlos) y los actos aburridos de los colegios recrean idílicas escenas familiares con papá en el sillón y mamá con la escoba, y la televisión vende cosas para "hacer feliz a mamá", parafraseando a Vicente Fox, para que ya no sea una "lavadora de dos patas".
La cuestión es tenernos "contentas", que asumamos el papel, o que lo deleguemos en la mujer más próxima (mamá, tía, abuela, "muchacha") no se nos vaya a ocurrir pedirles a nuestros compañeros que asuman su parte del trato,  decque esta cosa es PAREJA, que si quieren comer calentito, tener ropa limpia y todo lo demás deben HACERLO ELLOS.
Toda esa parafernalia y regalitos del día de la madre tienen una única intención, que no digamos "no al oficio doméstico", porque si no lo hacemos nosotras ¿quien lo va a hacer? (histórica preocupación machista) similar al de los dueños de esclavos cuando estos se liberaron.
Ese trabajo de hormiga, mal pagado, desdeñado que solo se ve de forma utilitaria es el que mantiene al mundo de pie, el que permite que los "importantes" hombres puedan tomar sus decisiones sin tener que pensar demasiado en la canasta de la ropa sucia o en el almuerzo de mañana.