sábado, 19 de febrero de 2011

alzheimer...

Es una broma común, "a vos ya te comenzó a fregar el alemán" y el mentado alemán, resulta ser una enfermedad tan dura para quien la sufre como para quien tiene que atender las necesidades del enfermo.
Mi abuela murió a los 94 años, increíblemente lúcida y con escasas molestias, tomaba dos o tres medicamentos y al final, sólo se perdió en la bruma de los recuerdos las últimas semanas de su vida.
Aunque sólo estudió la primaria y durante muchos años vendió en el mercado, ejercitaba su cerebro escribiendo diariamente "sermones" que corregía una y otra vez. Todavía el penúltimo año de su vida estuvo hablando frente a una audiencia de señoras que formaban parte de su "grupo" de iglesia.
Mi tía parecía inmune a la vejez. a sus 73 años, siendo soltera todavía, se quedó sola al morir mi abuela, aunque su físico es el de una jovencita y no padecía enfermedades degenerativas, de pronto, hace unos pocos años comenzaron los síntomas que al principio parecían inocentes "donde dejé las llaves" "olvidé cerrar la puerta" preguntas que nos hemos hecho alguna vez, y que parecen descuidos normales. hace 3 años comenzó lo más duro.
A pesar de su edad ella hacía el favor de recoger a mi hijo en la parada del bus, cuando yo tenía tiempo la acompañaba y almorzabamos juntas en su casa, siempre le dejaba hecha la comida y sólo la calentaban en el microondas. Un día le pedí que hiciera arroz para complementar y me dijo "mija, no sé como se hace", me sentí mal al recordar que sólo el año anterior me había dado todos sus tips para cocinar.
Poco a poco comenzaron cosas a olvidarse, las horas, el día que llegaba mi hijo, y al final... olvidó la cita del IGSS.
Yo sé que los medicamentos no la van a curar, y que tendremos que hacernos cargo de ella por completo. La negociación para que deje su casa y se venga conmigo va por fases, ahora, pasará el día en su casa y la noche en la mía. No quiere perder su independencia, aunque en realidad ya no la tiene. Hace dos días nos pidió que le expliquemos como se usa el microondas porque ya no recuerda.
Había dejado de escribir el blog un buen tiempo, no sé si por el trabajo y todo lo demás, pero estoy dejando de escribir. Y hoy, viendo a mi tía me recordé de la abuela y su cuaderno de sermones. Y quiero seguir escribiendo, porque si el gen está en mi cabeza, al menos lo voy a obligar a retrasarse haciendo más conexiones sinápticas en mi cerebro. También me recordé que mi tía a duras penas lee el periódico y nunca le ha gustado escribir ni estudiar... algo tiene que tener que ver en las dos diferentes formas de envejecer.

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