jueves, 16 de septiembre de 2010

Autonomía...

El martes hablábamos de la importancia de aprender a través del cuerpo. No pensé que me tocaría a mi aprender de esa manera la importancia de la autonomía.
Me lesioné una rodilla, eso con otras cosas viejas como mi sobrepeso, la curvatura de mis piernas que mi madre se negó a solucionarme cuando era niña porque implicaba ponerme unos aparatos con horribles barras para dormir, el hecho de que mi pierna derecha es casi 15 mm más corta que la izquierda y eso me dificulta más caminar con la rodilla derecha inmovilizada.
El asunto es que he perdido mi autonomía, no puedo decidir a donde ir, porque no puedo manejar y tampoco podría subirme al transporte urbano. No puedo decidir que hacer en casa porque no puedo subir todas las gradas para la biblioteca  y si lo hago, tendría que pasar el resto del día allá, porque me cuesta mucho bajar las gradas.
Parezco una niña grande que tiene que plegarse a los designios del propio cuerpo, no es tan grave y si no fuera por los "peros" que implica saber que no se puede decidir sobre si mismo.
Mujeres, niños y jóvenes siempre han tenido dificultades para mantener su "autonomía", llevamos a los niños a donde queremos, les damos a comer lo que nosotros queremos, los vestimos como nosotros queremos no importando si se ve o no ridículo, vamos, es normal, que un niñito de 4 años (o niñita) parezca una versión miniatura de quien sabe que moda de adultos. Las mujeres no pueden decidir sobre sus propios cuerpos, hay otros que deciden si les quedan bien las minifaldas y los bikinis, las burkas y las medias de seda con ligueros, para ser bella hay que "sufrir" deformaciones y mutilaciones son aceptadas sin chistar. Drogas para controlar embarazos porque no se puede controlar la "pasión" de los hombres, no se pueden tener otras formas de satisfacción porque se privilegia lo que "ellos" quieren sentir, y cientos de mandatos que impiden tocar, ver, sentir, desear, pedir... todo está controlado.
Y los jóvenes, tienen que obedecer, los grandes saben lo que les conviene, no se metan a votar, no decidan, no pretendan saber más que los adultos, hay que pegarles unos buenos garrotazos para que entiendan que la autonomía es sólo y únicamente para los viejos... hasta que esos viejos vean sus propios límites y el alzheimer, las rodillas biónicas y los dogmas les muestren que ni siquiera ellos son autónomos y que se han movido al compás que les marcan las transnacionales, los intereses económicos, la fé  y las órdenes de "arriba".
Según Piaget, la autonomía es lo que busca la evolución del niño, crecerá hasta poder ser autónomo, hasta tener libertad para decidir y aquí, encerrada en mi falta de autonomía empiezo a desear la verdadera independencia.

1 comentario:

Diana dijo...

El hecho de que te controlen te hace mas rebelde..bueno, es lo que me ha pasado a mi...

La verdadera independencia la tenemos que lograr dia con dia uno mismo!

Abrazos!

Diana