Saramago, Monsivais... ¿puedo considerarme escritora?

En mi vida he tenido que tomar muchas decisiones difíciles, estudiar medicina no fué una elección personal, fue casi una imposición. En los 80's en Guatemala, estudiar literatura o antropología no era fácil, menos para una pueblerina que apenas podía tomar la misma camioneta de ida y de regreso- que resultaba ser la que hacía el viaje más largo-  todo porque no sabía que al final, todas las rutas pasaban por el parque central y yo vivía ¡a cuatro cuadras del parque!.
Mi madre y padre se quedaron en el pueblo, tranquilos porque la niña no salía a las 9 de la noche de un campus que vivía entre disparos y eliminación de intelectuales.
Demostré mi rebeldía al estudiar como loca, nunca perdí, pero nunca sobresalí, una estudiante regular que se graduó "en tiempo" nada más. Luego, una médica social que no tiene idea de como o cuanto cobrar y por eso se mete a "matar dragones" de la estructura social.
La literatura había sido mi refugio desde los 5 años, cuando comencé a narrarle interminables cuentos a mi miedosa hermana que no podía dormir, y siempre, los libros me han acompañado en noches de turno, en hospitales sin medicina, en pueblos sin luz, leyendo con una vela que se acababa en la madrugada con un chisporroteo azul.
A Monsivais lo descubrí a trasmano, alguien me dio "la vida misma" de Paco Ignacio Taibo II y de allí me dirigí al otro mexicano, siempre en mi erratica lectura de lo que me gusta que puede ser ecléctica y desordenada, pero así es. Nada de cánones para mi, nada de formación seria en literatura, supongo que la deficiencia se nota.
Saramago se me hizo difícil, una semana después de terminar "memorial del convento" logré entender la brutal crítica y la visión del medioevo español que me dejaba grabada, un texto extraño que se mete sin dejar huella.
Ahora que ambos mueren y que todos se pelean por decir cuanto o cuando los influyeron o como los conocieron, yo me encuentro sin tanta información y con muchos más libros para decir "tengo que leerlos".
En mi errático camino, me detuve en la antropología y eso quita tiempo para lecturas recreativas, textos más densos y complicados han llenado mis días, hasta el año pasado, cuando re descubrí a Fuentes y a Saramago, pero supongo que tengo tiempo.
Hay una anécdota de Isabel Allende (la autora que mi madre más lee ) que le respondió a un médico que le dijo que cuando se retirara, intentaría escribir una novela: "cuando yo me retire, intentaré hacer una cirugía cardíaca".
Su mensaje era algo como "el escritor siempre escribe, no decide serlo de un día a otro".
Hace unos días me topé con el lado contrario, mi jefa me presentó a una escritora, mujer de letras a quien admiro y ella preguntó "¿Patricia Cortez, la escritora?", yo respondí emocionada que sí, que lo era, entonces mi jefa añadió "ella es la encargada del tema de salud", casi pude ver la decepción en su rostro, para ella yo no soy la "doctora", la médica encargada del tema de salud sino que, por algún milagro soy : ¡la escritora! que no tendría nada que hacer con ese tema.
Así que me acerco, tal vez, algún día, pueda ser solamente la escritora, y no la médica que escribe. Mientras tanto, Saramago me espera en la mesa de noche, luego del trabajo y de devorar otro tipo de información.