martes, 17 de marzo de 2009

Violencia

Yo no padezco del síndrome de la hoja en blanco, a mi cuando tengo que escribir se me ocurren miles de historias y versiones, así que ahora estoy en fase alta e intentaré hacer un análisis un poco sesudo de la violencia.
Mi primera referencia acerca del estudio Milgram, la tuve en un libro de Erich Fromm, que me fascinaba hace 15 años, Podrá sobrevivir el hombre.
es lógico que un hombre judío, psiquiatra, que sobrevivió un campo de concentración tuviera curiosidad y ansias por entender como la violencia se racionaliza y se normaliza en la vida de las personas, ¿que hace que una persona con convicciones "morales" se convierta en un eficaz asesino?.
la explicación que yo propongo no la saqué solamente de un libro, y tampoco es mía, pero esto no es un ensayo académico y no me pondré a citar fuentes.
El experimento Milgram evidenció que casi CUALQUIER PERSONA, es capaz de lesionar a otra de forma conciente si lo hace apoyada en LA AUTORIDAD. Las personas que participaron en el experimento aplicaron descargas eléctricas falsas a personas que, por ser actores, simulaban estar sintiendo mucho dolor y continuaron el experimento hasta que el conductor les ordenó finalizar, a veces incluso después de que el sujeto (actor) pidiera clemencia.
Eso parece indicar que, las personas no terminamos de crear nuestro super ego, y que siempre dirigimos la vista a la "autoridad" para analizar nuestros actos, a veces aún en contra de la moralidad.
Bien, se que van a decir que, entonces, la ley tendría un efecto mayor, el problema es que la ley la dicta un cuerpo difuso de "personas" y nosotros tendemos a obedecer más a una persona en individual (un lider o un caudillo) que toman el papel de padres, o de dioses, esto también lo explica Fromm en "el arte de amar".
Como sociedad, vamos cambiando nuestra visión a medida que se racionaliza lo que puede ser "moral o amoral", la moral, como hemos visto en la historia, es cambiante y no es única, como lo dicen los religiosos. y también puede ser esquizofrénica, lo mismo que consideramos "amoral" en un contexto, se vuelve "moral" en otro.
pongamos como ejemplo actos barbáricos como la guerra y la pena de muerte, aunque en singular, individualmente,muchas personas se opondrían a matar a otra, en el contexto de la "guerra" se subliman las intensiones ante un bien común y se obedece. la pena de muerte, teoricamente, ejecuta una acción pensada en común: castigar. una inmoralidad se ha convertido, vía la aprobación social, en algo aceptado: matar, con un fin, no es matar, es ser patriota.
Foucault habla de castigar, de cómo la sociedad se organiza para castigar, pero no hay que ir tan lejos. la mayoría de nosotros hemos recibido nuestra primera dosis de violencia "en carne propia" de nuestros padres. Hasta hace muy pocos años, se autorizaba castigar en escuelas e iglesias, frases como "con todo y nalgas" daban autoridad sobre nuestros cuerpos a maestros que podían usarla como quisieran.
He ahí la razón para que no nos molesten los castigos corporales, si nuestro propio padre las usó en nosotros "por nuestro bien" ¿porqué nosotros no podemos usarlas en bien de otro?, en las sociedades más recientes se hace gala del "arte de lastimar" se lastima sin dejar huella, el asunto es que se piensa que el dolor, (como lo muestra la pasión de cristo) purifica y "limpia" antes del Nazismo en Alemania, la tortura infantil se consideraba "buena" y se ejercía en colegios y aparatos para "enderezar" niños eran vendidos (el asesinato del alma, bonito libro).
Ya llego.
Luego de 30 años de guerra sucia (¿hay guerra limpia?) donde el "castigo ejemplar" se ejerció en plazas y parques y el que "estaba en babosadas" fué ejecutado sumariamente, torturado, violado (historias como las de Rogelia Cruz y Otto René Castillo) y se cantaron esas glorias, porque debían "enseñar" a la gente a no "meterse en babosadas".
funcionó por un tiempo, pero naturalizó la violencia.
ahora, para detener la violencia exigimos "manos duras" o sea, más violencia, la espiral de la que habla clokwork orange, cada vez es necesaria más fuerza, porque la gente se acostumbra a ella.
lo peor es que, regresando al principio, el experimento Milgram demuestra que no hay límites, que los verdugos aplicarán todo el dolor posible y si hay muertes no importará, es obediencia debida, es algo "normal".
¿Cómo llega eso a las calles?. En este país se decía que "los guerrilleros" se iban a convertir en come niños al finalizar la guerra. no fué así, además eran pocos.
Hay historias, leyendas urbanas que comentan que las maras fueron armadas a propósito, con fines de control social y para deslegitimar movimientos juveniles ( no hay evidencias) el asunto que si es cierto es que las maras y los sicarios responden a un modelo más económico que de control: son comerciantes de la muerte. pero la "moralidad" no se puede imponer en ellos, porque, los mismos que los intentan repeler utilizan la violencia, además, dentro de su estructura, son mini ejércitos, enseñados a obedecer al líder, entrenados para acabar con el otro, porque el otro (nosotros) los hemos orillado a los barrancos y favelas. Y allí está el detalle.
El Kontra ha venido hablando de la violencia en los estadios, forma esquisita de "religión" pagana que repite el mismo mantram: si sos diferente, sos peligroso.
es "natural" ser violento, tan natural que yo misma, hoy, en el tráfico, me sorprendo lanzando maldiciones y golpeando vidrios. me frustra no llegar tarde, alguien tiene que tener la culpa.

4 comentarios:

Nancy dijo...

Interesante, Doctora, comparto muchas de tus afirmaciones, aunque evidentemente no conozcamos las mismas fuentes 8no todas). Leí hace algunos meses de un experimento similar al que citas, el cual tuvo lugar en escuelas y universidades de Estados Unidos, me parece. Participaban no solo estudiantes, sino también docentes. Se trataba de simular sistemas carcelarios. Para mí fue increíble leer que incluso los docentes, que tienen una formación superior, el grado académico no evitó que "sintiéndose en el papel de autoridad" éstos aplicaran la tortura incluso cuando el "torturado" pedía clemencia. Yo me vi reflejada en tu comentario sobre el tránsito... aunque hace un tiempo opté por la paz y por conducir "como viejita", según mis hijas. Pero aunque a veces pienso que ya alejé al Jekyll de mí... algunas veces un pequeño Hyde se asoma a mis impulsos. Qué tremendo post... da para mucho, doctora, pero aquí lo dejo. Saluditos y apapchos

Nancy dijo...

jajaja, volví para ver si era cierta mi corazonada de haber escrito mal lo del Jekyll. Quise decir que quiero tener mi Jekyll bajo control y que prevalezca mi Hyde, pero a veces siento en la sangre el bombeo de Jekyll batallando por salir a flote... (a veces sí se me llega a escapar... pero sé que eso ya no es frecuente y los episodios son muy distantes.

Patricia Cortez dijo...

Nancy. no estoy segura de haber sido clara, supongo que todos deseamos destruir a los asesinos y con ello nos volvemos asesinos y damos vuelta a la tuerca. me gustaría poder decir que mi jekyl esta bajo control, pero a veces, se escapa

Nancy dijo...

Súper clara, doctora, yo soy quien todo lo hace bolas.
apapachos