Pero atacar las pasiones de raíz equivale a atacar la vida de raíz: la acción de la iglesia es hostil a la vida. Federico Nietzche.
Una de las tradiciones más incomprendidas en Guatemala es la llamada "Huelga de Todos los Dolores", se le ha satanizado y pocos comprenden el aporte histórico y artístico de este movimiento.
Para comenzar no se trata de una festividad del "vulgo", esta inicia como una oposición de los estudiantes -en ese entonces jóvenes pudientes- a la extrema sacralización y beatería de la cuaresma en Guatemala del siglo pasado. Si hemos de ser claros, ninguno de los autores de "la chalana" himno del movimiento estudiantil, era del "vulgo", de clase media a media alta se trataba de la élite del momento en el país, que, por los provincialismos de la Guatemala del siglo XIX e inicios del siglo XX, se lamentaban no haber "salido" a estudiar a París o similares y se conformaban a medias con la universidad estatal. El no haber viajado, los obligaba a vivir en casa de los padres, sujetos a la rigurosa observancia del calendario litúrgico y a las aldeanas fiestas que, una élite super religiosa, apenas vivía. ¿de donde saco esto? pues de las crónicas de la Sra. Schlessinger en el periódico, del libro "viernes de dolores" de M.A. Asturias, de las crónicas sociales del los "bailes de carnaval" del "Club Guatemala" eventos campesinos y poco atractivos. La "huelga" surge como oposición a la hiper celebración de los "viernes de cuaresma" con sus procesiones y prohibiciones que, obviamente, enojaron a los estudiantes ansiosos de fiesta, lujuria y guaro. ¿por qué no vivir carnavales como los de Brasil, Colombia, Venecia, y aún la puritana Estados Unidos en Nueva Orleans?, y se tomaron no 3 días, sino 40 días de celebración de la carne, para escándalo de padres y madres beatas.
La popularización de la universidad de la década del 40 y las revoluciones estudiantiles que ocurrieron en todo el mundo en los 60's, contribuyeron a convertir a la huelga en toda una festividad, allí nace su vocación de protesta política, su oportunidad para ser "salida de closet" de más de algun gay reprimido, el pelo en la sopa y la piedra en el zapato de las familias pudientes (el junior haciendo eso) y la afrenta al régimen de turno.
¿Que surge de este fenómeno? muchas cosas. El teatro ja ja ja, único sobreviviente de la destrucción del fenómeno cultural que nunca despegó en el país, luego de toques de queda y violencia en las calles, es heredero directo de las veladas de huelga, lo mismo la música y parodias, muchos de los cómicos guatemaltecos actuales usan formatos de "huelga", la velada es tal vez el único lugar donde se ejerció el "monólogo" cómico, tan popular en los estados unidos y arma de los reyes feos. Ante la ausencia de la fiesta popular pública en el país, tal vez único del caribe donde el baile es acomplejado (¿donde si no es en Mazatenango y tal vez Livingston se hace baile en la calle?) y la creciente deificación del sufrimiento en las procesiones, la Huelga es un remanso de libertad en los 70's y 80's.
Durante mi primera vuelta universitaria no participé en la huelga, en la segunda, cuando mi seguridad era mayor ( en mi misma y en mis notas) estuve en varios desfiles, siempre a cara descubierta, excepto un año que bailé como loca con una comparsa de músicos profesionales, con la cara pintada de maquillaje blanco y ropa negra, todo un sufrimiento que pagué con el cuerpo adolorido y el alma libre.
Pero, inevitablemente, el guatemalteco envilece todo lo que "no comprende", en todas las universidades se tienen fiestas gruesas, hay "raves" con drogas y son eventos privados, la necesidad de "salir" de los chavos es grande y no es raro que las cosas se salgan de control.
Así que, ya aparecieron los encapuchados y con ellos la crítica, a los "malos estudiantes", entre los que, aparentemente, me tendré que incluir.
Ayer, estuvimos a punto de ser "una victima más" de la violencia y la criminalidad, y en parte, por la presencia -frente a la universidad- de un grupo de "encapuchados" (sin capucha) los ladrones se fueron sin lo que querían. el grupo de muchachos no sólo no nos agredió, sino que nos apoyó, nos dió espacio y comprensión. No son sino jovencitos -estudiantes-, intentando divertirse un poco, no hay allí matones, los matones están en la calle.